Conoce Winicunca o Montaña de Siete Colores en Cusco, Perú

El departamento de Cusco, en Perú, además de tener una historia interesante, tiene un paisaje impresionante. Hay decenas de agencias de turismo en la ciudad. Los precios pueden variar y siempre vale la pena un poco. Cuando estuve por allá, contrate los dos paseos más clásicos después de Machu Picchu: la Montaña de los Siete Colores y el Lago Humantay.

La montaña de los siete colores

La Montaña de los siete colores es también conocido como Rainbow Mountain (Montaña Arco Iris), pero su nombre oficial es Winicunca. Pagué 50 soles (unos 15 dólares) por el tour. Es un itinerario turístico relativamente nuevo, pues comenzó a ser explorado en 2016. Hoy cerca de 400 personas la visitan por día en temporada baja, número que se triplica en al temporada alta.

La actividad comienza a las 3, cuando pasan buscar a los turistas por sus alojamientos. Como yo estaba más lejos del centro, en un hostal sin acceso para los coches, el lugar de encuentro fue en la Plaza de San Blas. Un empleado me buscó a las 3h15min y caminamos por algunas cuadras hasta llegar al autobús. Había mantitas para abrigarme del frío de la madrugada y ayudar a los somnolientos viajeros a descansar durante el camino.

A las 07:30 llegamos al lugar del desayuno, que estaba incluido en el precio. Tuvimos media hora para ir al baño (cuesta 50 céntimos) y para desayunar con pan, margarina, mermelada, panqueque, jugo de avena y tés. Seguimos viajando por una hora más en un camino de tierra al lado de un precipicio. El paisaje era hermoso, con un valle verde y un río marrón corriendo. La llegada a Queshouno donde comienza el trekking es a las 9 am.

La ida

El inicio del paseo está a 4,300 metros sobre el nivel del mar. Lo ideal es llevar abrigo en capas – para poder quitar los abrigos cuando comienza el calor por el esfuerzo físico – y hojas de coca – para mascar durante la caminata y ayudar con el mal de altura.

La empresa ofrece un bastón para ayudar durante el recorrido de seis kilómetros. Para aquellos que no quieran se pueden alquilar caballos. El valor puede ser negociado, pero gira en torno a 60 soles (US$18) la ida o 90 soles (US$ 25) ida y vuelta.

Se realiza una breve parada para pagar la entrada a la montaña, con un valor de 10 soles (unos US$ 3). De allí, son 500 metros más hasta llegar a la base del cerro, donde se arriba alrededor de las 11h. El paisaje es maravilloso y parar para tomar fotos es una buena manera de descansar un poco. Durante el camino, el cielo estaba soleado. Un poco antes de llegar al destino, se nubló completamente. Febrero no es el mejor mes para ir, pues es época de lluvias.

La llegada

Aunque por las nubes no se pudo apreciar 100% la belleza de la Montaña de Siete Colores, fue muy emocionante alcanzarlo. Los visitantes tienen la opción de caminar un poco más para llegar al Valle Rojo, desde donde se tiene una vista de otra colina. Pero decidí esperar a que las nubes se fueran para poder apreciar los famosos colores formados por los minerales presentes en el suelo.

Subí hasta el mirador a 5.100 metros sobre el nivel del mar. Había nieve y estaba bastante frío (de acuerdo a la guía, a menos de 5 °C). Además de mi camiseta térmica de manga larga, me puse mi canguro, mi abrigo, gorro, guantes y bufanda. La niebla se dispersó por unos minutos y pude observar y sacar fotos de esta montaña tan curiosa.

La vuelta

Es una lástima que sólo se tenga hasta las 11:30 de la mañana para estar cerca de la Montaña de los Siete Colores, es necesario emprender el regreso. A las 13:00 los turistas tienen que estar de vuelta en el autobús. Y esa es la parte que menos me gustó a la hora de viajar en grupo. Terminamos saliendo de allí a las 13:30.

Alrededor de las 14h30 llegamos al restaurante donde nos sirvieron el almuerzo, que también estaba incluido. La llegada a la capital de Cusco fue justo antes de las 18h. La camioneta deja a los pasajeros en el comienzo de la Avenida El Sol, a unos 500 metros de la plaza de Armas.

La laguna de Humantay

Otro paseo muy popular, pero que también comenzó hace sólo dos años es la Laguna de Humantay. Este tour tiene un costo parecido, de 50 soles (unos US$15) e incluye transporte, guía, desayuno y almuerzo.

A las 5 a.m. me recogieron en la Plaza de San Blas de nuevo. El desayuno muy bien servido, con pan, huevos, ensalada de frutas, yogurt, café instantáneo y té. Aquí no cobraban para el uso del baño. Estaba frío por la mañana y es recomendable vestirse con ropa abrigada.

La caminata

La trayectoria es más corta y más baja que la de la montaña. El paseo se inicia a 3.800 metros de altitud en Soraypampa y termina a 4.200 metros en la laguna. Son siete kilómetros de ida y vuelta. Sin embargo, como había llovido, el suelo estaba bastante resbaladizo.

A pesar de las constantes nubes que tapaban la parte superior del Nevado de Humantay, la vista que me encontré al llegar era maravillosa. El agua que viene del deshielo es de un intenso azul verdoso, que contrasta con el blanco de la nieve y con el verde y marrón del cerro. Los colores de la laguna (que puede llegar a 15 metros de profundidad) están formados por el agua y por el reflejo de la montaña.

Para aquellos que todavía tienen algo de energía, vale la pena subir al mirador para tener una vista de esta belleza desde arriba. El tiempo para quedarse en la Laguna de Humantay es más o menos de una hora. Yo conseguí aprovechar un poco más, pues fui uno de los primeros en llegar. Fue necesario tener mucho cuidado en el descenso, pues había lloviznando y el suelo estaba aún más lodoso. El palo de escoba prestado por la empresa fue, una vez más, extremadamente útil.

El regreso

Durante el regreso, hubo una pausa para el almuerzo. Colocaron en la mesa bandejas con arroz, carne, pollo y ensalada y podíamos servirnos cuanto queríamos hasta acabar. Esto llegó al final de la caminata. La camioneta deja a los turistas en la esquina de la Plaza de Armas alrededor de las 18 horas.

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