Gruta de los pañuelos, rincón de fe en las sierras
La gruta de los pañuelos es una historia de fe. Es un santuario en medio de la naturaleza, hoy dentro de la villa Sierra de los padres, localidad del partido de General Pueyrredón, en la provincia de Buenos Aires.
Sierra de los padres es una villa de 2000 habitantes. Está situada muy cerca de Mar del Plata, a solo 20 kilómetros, en lo alto de una zona serrana a unos 150 metros sobre el nivel del mar. Debe su nombre a los padres jesuitas de la Compañía de Jesús que fundaron reducciones de indios a mitad del siglo XVIII.
Toda esta región forma parte de las sierras septentrionales del sistema de Tandilia, con un clima agradable y recursos disponibles. Es durante el verano cuando este lugar convoca a más gente. Se calcula que entre enero y febrero llegan aquí de 5000 a 7000 turistas por semana.
La villa no sólo atrapa a mucha gente por su vinculación con la fe sino que en los últimos años se convirtió en un polo de atracción para muchos marplatenses que, por la cercanía con la ciudad balnearia, optan por vivir rodeados por la belleza y la paz del bosque.
Esta especie de oratorio en medio de la naturaleza surgió en forma casi espontánea. Una gruta escondida en medio de pinos y de eucaliptos se convirtió en un rincón de fe, al que llegan cada vez más peregrinos a dejar una ofrenda poco habitual: un pañuelo. Cada pañuelo es anudado a otros pañuelos. Así, forman una cadena interminable de telas que se entrelazan unas con otras con pedidos que formulan ante a una imagen de la Virgen de Luján.
El porqué de los pañuelos
La historia que cuentan los lugareños se remonta a 1948, cuando una pareja de inmigrantes italianos que no podía concebir un hijo, colocó una virgencita en el hueco de una piedra gigante, ató los primeros pañuelos y rogó por su intención.
A los cuatro meses, la mujer quedó embarazada y el matrimonio regresó para agradecer lo que consideraba un milagro. Luego fueron contando su experiencia a otros.
Aunque hoy nadie sabe bien quiénes eran esos italianos y qué fue de ellos o de la primera imagen. Pero los lugareños confían en que la historia es cierta.
Gruta de los pañuelos, santuario en honor a la virgen de Luján
El milagro comenzó a trascender y cada vez más gente empezó a llevar sus pañuelos para pedir y agradecer. El lugar de devoción trascendió más allá de la región. En julio de 1982, un grupo de peregrinos a caballo trajo desde Luján la imagen que se venera en la actualidad. La virgen de Luján es la patrona de la Argentina.
Con el tiempo, gran cantidad de visitantes se acercó a anudar sus pañuelos. Esas telas, que representan miles de deseos y que con el pasar de los días pierden el color, se multiplicaron hasta tapar gran parte de las rocas. No se trata solo de pedidos individuales. Así como los fieles toman sus manos al orar en la iglesia, cada pañuelo es anudado a otro formando una cadena de oración y fe, aún más poderosa.
Con el tiempo los pedidos a la virgen fueron cambiando y hoy vienen peregrinos de todas las edades a dejar su pañuelo. La “Gruta de los pañuelos” se convirtió en un atractivo turístico conocido como por su historia milagrosa y muchos la visitan aprovechando sus vacaciones en la Costa Atlántica.
Se puede llegar en auto. Hay estacionamiento y baños químicos en la entrada. Luego se camina por un sendero atravesando una feria con puestos de souvenirs, adornos y artesanías, hasta llegar a la gruta donde se encuentra la imagen de la virgen de Luján y la cadena interminable de pañuelos. Ata el tuyo. Si no tienes, en los puestitos te venden pañuelos de todos los colores.
Espero que también puedas conocerla y unir tu deseo a esta cadena espiritual de fe y oración. Visita este rinconcito de fe y paz en la Sierra de los padres, a pocos km de la bulliciosa Mar del Plata.