Qué hacer en La Paz, la ciudad más grande de Bolivia

Llegar sin saber qué hacer en La Paz puede hacer que el visitante se pierda en medio del caos de la ciudad más grande de Bolivia.

La Paz es de aquellas ciudades que atraen y repelen a los turistas por los mismos motivos. Es una ciudad enorme – una metrópoli erguida en medio de la altitud de los Andes, donde la modernidad y las tradiciones indígenas se encuentran en cada una de sus esquinas.

Bolivia, como país latino y pobre, sufre todas las consecuencias sociales y económicas que esta combinación conlleva. Así, es en La Paz, por ser su mayor ciudad, que estos contrastes se vuelven más evidentes. Y tal vez sea ésta la característica que más intriga a los viajeros que visitan la ciudad. Es en La Paz que se ve y se entiende lo que es Bolivia.

La Paz es grande, pero sus atracciones se concentran en una pequeña área del centro, fácil de recorrer a pie.

La Paz se tiene en sus alrededores, atracciones muy interesantes: montañas nevadas, ruinas pre-incaicas, el lago más alto del mundo y hasta un descenso de los Andes al bosque de Yungas pueden entrar en el itinerario de quien explora más de lo que la ciudad tiene para ofrecer.

Plaza Murillo

La Paz no es oficialmente la capital de Bolivia. La Constitución dice que la capital del país es Sucre. Pero es en La Paz donde están las sedes de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, haciendo de la ciudad la capital de hecho, a pesar de no serlo oficialmente.

La plaza, siempre llena de gente (y palomas) es un gran lugar para empezar a explorar la ciudad, observando su devenir cotidiano.

La Plaza Murillo es donde mejor se puede observar la realidad y la historia política de La Paz. Alrededor dela plaza se pueden ver el Palacio Presidencial, el edificio del Congreso y la Catedral de la ciudad.

Por los edificios que la circundan, la zona es fuertemente policiada, pues sirve de lugar para manifestaciones políticas, que en Bolivia, son frecuentes. Mantente atento.

El edificio del Congreso

El edificio que más se destaca en la Plaza Murillo es el Palacio Legislativo. La sede del parlamento boliviano funciona en una construcción neoclásica que ocupa casi por entero una de las aristas de la plaza.

Para nosotros, turistas, el Congreso también es el lugar más interesante de conocer en la plaza, ya que se permiten visitas guiadas por el interior. El tour deja evidente, por la historia política boliviana, cuánto la situación actual del país es consecuencia directa de su inestabilidad política. Impresiona también ver cómo, en un país mayoritariamente indígena, fue apenas recientemente, con la llegada del Presidente Evo Morales al poder, que ellos consiguieron alguna representatividad política.

El Palacio Quemado

Cerca del Palacio del Congreso, en otra edificación neoclásica, pero menor, funciona el Palacio de Gobierno, llamado popularmente del Palacio Quemado, donde queda la residencia oficial del Presidente boliviano. El edificio está donde originalmente funcionaba el cabildo de La Paz, la sede administrativa erguida por los españoles en los tiempos coloniales.

La denominación de Palacio Quemado viene desde el siglo XIX cuando en una revuelta popular el edificio fue incendiado y posteriormente reconstruído.

La Catedral de La Paz

Al lado del Palacio Quemado queda la catedral de Nuestra Señora de la Paz, que da nombre a la ciudad. La arquitectura de la iglesia sigue la de los demás edificios y elementos de la plaza, teniendo un frontón neoclásico bien evidente y varias columnas corintias en la fachada.

Calle Jaén

La arquitectura colonial no fue preservada en La Paz como sucedió en otras ciudades bolivianas como Sucre y Potosí (ambas consideradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO). Hoy, hay pocas opciones para que el turista vea un poco cómo era la ciudad en tiempos anteriores a la independencia. La mejor alternativa para eso es la calle Jaén.

La Calle Jaén es una calle estrecha, cerrada a los peatones, con piedras portuguesas y coloridas casas del siglo XVIII, de lado a lado, muy bien conservadas. Son importantes desde el punto de vista histórico ya que allí vivieron dos de los mártires de la independencia boliviana: Pedro Murillo (que da nombre a la plaza principal de la ciudad) y Apolinar Jaén, homenajeado en esta calle.

Actualmente la Calle Jaén reúne en sus edificios pequeños museos, como el de las Piedras Preciosas y el de los Instrumentos Musicales, además de tiendas, bares y restaurantes, que dan a la calle un carácter distinto de todo el resto de la ciudad.

Incluya la calle Jaén en su itinerario, luego del primer día de viaje. La calle está a un corto paseo de la Plaza Murillo y es una gran opción para ambientarse a la ciudad mientras todavía se acostumbra a la altitud.

Iglesia y Convento de San Francisco

Para seguir conociendo el pasado colonial de La Paz, el edificio que más se destaca es el conjunto de la Iglesia y el Convento de San Francisco.

Ubicado en la plaza del mismo nombre, junto a la principal avenida del centro y en la esquina de la calle Sagarnaga, la iglesia es la más popular entre los visitantes de La Paz, debido a su imponencia y fácil acceso.

Históricamente La Paz estaba dividida por el río Choqueyapu, que hoy corre bajo el centro de la ciudad. De un lado quedaba la parte española de la ciudad, con sus plazas y calles regulares, donde hoy está la Plaza Murillo. Del otro, quedaba el tramo indígena, justamente donde está la Iglesia y el Convento de San Francisco.

Los Miradores de La Paz

Ubicada en un valle, La Paz está repleta de miradores de donde se puede ver (y tomar fotos) de toda la ciudad. El más cercano al centro y más accesible sin coche es el Killi Killi, que está a un kilómetro (en ascenso, claro) de la Plaza Murillo. Otra opción cercana es la Laikakota, que se encuentra dentro de un parque municipal.

Si no quiere o no aguanta caminar, desde 2017, Uber ya funciona en La Paz, sirviendo como óptima opción para acceder a estas partes más distantes de la ciudad, además de los taxis.

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