Casa de los Ezeiza

Recorrido a pie por San Telmo en una mañana

Recorrido a pie por San Telmo en una mañana: caminemos juntos por la Buenos Aries del siglo XVIII: casonas, iglesias y una feria muy especial. ¿Vamos a caminar por el Buenos Aires colonial?

Toda la zona que vamos a recorrer pertenece al barrio de San Telmo. Esta área de San Telmo, junto con su vecino Monserrat, fue declarada “Área de preservación histórica número uno”, por ley del Consejo deliberante.

¿Cómo es el recorrido a pie por San Telmo?

Nuestro recorrido a pie por San Telmo parte de la esquina de las avenidas Paseo Colón e Independencia, donde está el Monumento Canto al Trabajo. Tomamos la calle Carlos Calvo a lo largo de dos cuadras. Volvemos hacia atrás y doblamos por Balcarce hasta la calle Humberto Primo. La tomamos hasta llegar a la Plaza Dorrego. Tomamos la calle Balcarce hasta la Avenida San Juan, luego volvemos a la Plaza donde termina nuestro recorrido a pie por San Telmo, el barrio histórico de Buenos Aires.

Monumento al trabajo y la sede de la fundación Eva Perón

El punto de encuentro será el Monumento Canto al trabajo, obra del reconocido escultor Rogelio Yrurtia (1879-1950) quien también fue autor de la escultura de Bernardino Rivadavia en plaza Miserere.

Sobre una base de granito hay catorce figuras de bronce que representan el esfuerzo humano en la evolución por el progreso. En la obra se pueden apreciar un padre, una madre y frente a ellos los tres hijos. Detrás de estas figuras hay otras que representan el triunfo del esfuerzo y el trabajo, son hombres y mujeres que arrastran una gran roca.

Recorrido a pie por San Telmo: Monumento Canto al trabajo

Detrás del monumento, se levanta imponente la actual Facultad de Ingeniería. Este edificio, de mediados del siglo XX, fue construido para la Fundación María Eva Duarte de Perón de ayuda social, pero su fundadora falleció en 1952 y nunca ocupó las oficinas. Una vez depuesto el presidente Juan Domingo Perón, la obra fue reformada y se destinó a la Universidad de Buenos Aires. El edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional, es de estilo monumental y neoclásico, con grandes columnas dóricas y frente rectangular. Hoy es sede de la Facultad de Ingeniería y alberga el Decanato y las secretarías. La Facultad de Ingeniería tiene otras dos sedes, una en la avenida Las Heras al 2200 y otra en la Ciudad Universitaria.

En la entrada del edificio, hay un monumento que homenajea al Ingeniero Luis A. Huergo, el primer ingeniero argentino y que además diseñó el “nuevo puerto”, que es el puerto utilizado en la actualidad.

Calle Carlos Calvo: el repecho y las casas coloniales

Cuando tomamos la calle Carlos Calvo notamos que es una subida empinada. Lleva el nombre de El repecho de San Telmo ya que aquí en una casa de estilo colonial funcionó un restaurant llamado así. La calle es empinada pero corta, en 100 metros ya se nivela.

En esta calle veremos varias casas con un estilo de arquitectura hispano criolla, que algunos llaman colonial (aunque Buenos Aires nunca fue colonia sino virreinato, primero del Perú después del Río de la Plata). Este tipo de arquitectura se caracteriza por las paredes pintadas a la cal (aunque hoy lo vemos pintado de otro color), las puertas talladas con cuarterones o tableros y las rejas de hierro. El hierro era un material caro que venía de Europa. Solo había en las casas de los ricos. Esto demuestra que esta era una zona aristocrática hasta aproximadamente 1871, momento en que se desata la epidemia de fiebre amarilla que genera un importante movimiento de las familias hacia el norte de la ciudad.

Recorrido a pie por San Telmo: calle Carlos Calvo

En la parte superior de las ventanas se ve una estructura que se llama guardapolvo y marca las características del arco escarzano. Se trata de un arco bajo, es un cuarto con respecto al arco de medio punto (que sería una media naranja). Se los llamaba guardapolvo porque resguardaban la casa del polvo ya que las ventanas estaban siempre abiertas.

También se ven faroles, característicos de esta época, y las tejas musleras, llamadas así porque se realizaban sobre los muslos de los esclavos. Hay que recordar que en Buenos Aires hubo esclavitud hasta la Asamblea del año 1813.

Iglesia Danesa y la panza de la esquina

Frente a las casas coloniales, se levanta altísima la Iglesia danesa. Data del siglo XX, fue construida por los inmigrantes daneses que necesitaban un lugar para su culto protestante luterano. Es de 1931,. En ese momento no existía la ley de protección como sitio histórico del Concejo Deliberante. Si hubiera existido, esta iglesia no se podría haber hecho porque rompe con las características arquitectónicas hispano criollas, las calles empedradas y las casas bajas. La Iglesia danesa tiene un estilo neogótico, con arcos ojivales, vitrales y torres almenadas o dentadas que recuerdan las fortalezas y murallas europeas.

Llegando a la esquina de Carlos Calvo y Balcarce, se ve una panza en la pared. Se llama muro rinconero y tiene forma de gajo. La historia cuenta que en el siglo XIX, los malvivientes se escondían en las esquinas donde se formaba un hueco, esperando que pasara algún transeúnte distraído para asaltarlo. El Cabildo resuelve el problema realizando este rellenamiento que hoy vemos y que antiguamente cumplía una función de seguridad.

Recorrido a pie por San Telmo: esquina de Carlos Calvo y Balcarce

La Tasca de los cuchilleros y la tragedia de Margarita Oliven

Sobre la calle Carlos Calvo pasando Balcarce, se ubica esta casa de 1790 donde se repiten las características de la arquitectura colonial: paredes blancas pintadas a la cal, rejas y las tejas que fueron cambiadas pero antes se veían las musleras originales. Pero esta tiene una diferencia: una puerta de hierro que da acceso a un patio.

Se entraba a un zaguán y desde ahí se veía una puerta cancel, una puerta de hierro finamente trabajada que permitía desde la calle ver las macetas y flores.

Se llama La Tasca de los cuchilleros porque aquí ocurrió una tragedia. En esta casa vivía Margarita Oliven con su familia. Su padre formaba parte de la mazorca de Rosas, la policía del gobierno. Era una época en que los padres decidían con quien se casaban sus hijos. El señor ofrece a su hija a Ciriaco Cutiño, jefe de la Mazorca. Pero Margarita se había enamorado de un payador, Juan Cruz Cuello, un bohemio. Deciden huir por los túneles que había en este lugar, uno de ellos salía de acá y llega a la Nuestra señora de Belén.

Los enamorados logran huir pero el padre de ella los encuentra en Luján, después de unos meses. Ella es herida de muerte, la traen a la casa pero finalmente muere. Su padre, triste y desesperado, decide que nunca más se abriría la ventana de la habitación donde murió su hija. Cuenta la leyenda que los enamorados fugitivos tuvieron un hijo y que el hijo desapareció con el padre y nunca más se supo de él. Hoy es un restaurante y al ingresar, hay una parrilla, en cuyas paredes se cuenta la historia de Margarita Oliven.

Casa de Esteban de Luca, el primer poeta criollo

Hermosa casa colonial con tejas musleras, arcos escarzanos y con una puerta especial que convierte a la casa en Monumento Histórico Nacional. Es una puerta ventana y la única de la ciudad. Cuando estaba habitada, se podía abrir solo la parte superior y funcionaba como ventana. Sino, podían abrir todo y era la puerta de entrada de la casa.

Recorrido a pie por San Telmo

Hoy se ve una placa de bronce que dice “Al poeta y soldado Esteban de luca”. Esteban José Mariano de Luca y Patrón fue un militar y poeta argentino. Participó en las invasiones inglesas, fue teniente del regimiento de Patricios y estuvo a cargo de la fábrica de armas que estaba en Tribunales.

Pero también era un poeta y en 1812 compuso la primera canción patriótica, que fue publicada en la Gaceta de Bs As y entonada como canción nacional. Sin embargo, un año y medio después, la Asamblea Constituyente del año 13 aprobó otra marcha patriótica, la escrita en 1813 por Vicente López y Planes con música de Blas Parera, que hoy es el Himno Nacional Argentino.

La casa de Castagnino: la casa rosada de San Telmo

Volvemos hacia atrás en nuestro recorrido a pie por San Telmo para tomar la calle Balcarce, que antes habíamos atravesado. Pasamos nuevamente por la panza de la esquina y llegamos a mitad de cuadra a una casa pintada de rosado. Es la casa de Juan Carlos Castagnino, pintor marplatense del siglo XX (1908-1972). Un artista famoso por las pinturas de las galerías Pacífico y por su reclamo de las injusticias sociales a través de sus pinturas. En el año 1964, la editorial Eudeba publica una nueva edición del Martin Fierro y él se encarga de ilustrarla.

Es otra casa de arquitectura hispano criolla, de la misma época, pero la variante rosada, lo que la convierte en la casa rosada más conocida de San Telmo. En el siglo XIX, las casas o se pintaban de blanco o de rosado. Existe una teoría (la misma que se aplica a la Casa Rosada de gobierno) que la cal se mezclaba con grasa de animal. En ese procedimiento, entraba también un poco de sangre, lo que originaba este color rosado.

Hoy pertenece del gobierno de la ciudad, tiene 18 habitaciones, dos patios, un jardín y atelier en el 1er piso. Antes se podía visitar, pero actualmente está cerrada al público.

Galería del viejo Hotel, antiguo hotel convertido en galería comercial

Aquí vamos a conocer como era el interior de una típica casa colonial, que tiene su origen en el modelo de casa pompeyana, traída por los españoles a América. Es un estructura organizada alrededor de patios coloniales. Se puede ver un primer patio en el primer sector, donde estaban los lugares para la vida social, la biblioteca, el escritorio y el comedor.

En el segundo patio se desarrollaba la vida familiar, donde estaban los dormitorios. En el tercer patio estaba la huerta y las habitaciones del servicio doméstico.

Esta galería del viejo hotel funcionó a lo largo de su historia como hotel, pensión, inquilinato, prostíbulo y conventillo. Lo que antes eran habitaciones hoy son negocios, cafecitos y ateliers. Desde 1980 se abrió como galería comercial con fines turísticos y además de recorrerla se puede comer o tomar café en los patios.

Al salir, vale la pena echar un vistazo a su fachada art decó del siglo XX, con elementos y líneas geométricas. Este frente, por supuesto, es posterior a la casa y anterior a la ley de preservación del barrio.

Iglesia de San Pedro Telmo, ícono del Barrio

La iglesia que le da nombre al barrio es en realidad la iglesia de Nuestra Señora de Belén y parroquia de San Pedro González Telmo. Comenzó su construcción en 1734 gracias a la compañía de Jesús y a un devoto de la virgen de Nuestra Señora de Belén, Ignacio Bustillo de Zeballos, quien donó dinero para su edificación.

Con la expulsión de la orden jesuítica, la iglesia quedó inconclusa y es recién en 1795 que se retoma su construcción con la orden de los monjes betlemitas. Pero se tardó más de un siglo y recién fue concluida en 1876.

Hoy vemos una iglesia con una hermosa fachada ricamente decorada, producto de la ultima remodelación del arquitecto Pelayo Sáenz, quien le da toda la ornamentación barroca que hoy disfrutamos. Columnas salomónicas con capiteles de ángeles y hojas, hornacinas con santos, torres octogonales y decoración con mayólicas andaluzas.

La Casa de Martina Céspedes y una historia de amor

A principio del siglo XIX en esta casa frente a la iglesia había una pulpería. La dueña era Martina Céspedes y tenía varias hijas. Durante las invasiones inglesas, era un bar frecuentado por los soldados ingleses. Marina llegó a capturar 11 ingleses. Los hacía entrar de a uno (toda una estrategia, ya que las pulperías estaban prohibidas). Los hacía tomar y una vez que se emborrachaban, los ataba y escondía en el sótano.

Cuando Martina escuchó la rendición de los ingleses, se dirigió a la plaza mayor, pidió hablar con Liniers y le dijo que tenía 12 soldados ingleses en su casa. Pero aclaró que solo podía entregar 11 porque uno se había enamorado de una de sus hijas e iban a casarse. Liniers la nombró jefa del ejército y llegó a cobrar una pensión.

Plaza Dorrego y la feria más famosa

Al final de la calle Humberto Primo, llegamos finalmente a la plaza más simbólica de San Telmo, la Plaza Dorrego y nuestro punto cúlmine del recorrido a pie por San Telmo.

Antiguamente se llamaba hueco de Dorrego o plaza de la residencia, porque todo el conjunto que habían armado en este lugar los jesuitas se llamó la residencia. Por lo tanto, al lugar lo llamaban hueco de la residencia, plaza de la residencia o la calle de la residencia.

Es un lugar histórico ya que aquí los porteños reafirmaron, el 13 de septiembre de 1816, la declaratoria de la independencia nacional, en presencia de Juan Martín de Pueyrredón. Es la segunda plaza en importancia después de la Plaza de Mayo en Buenos Aires.

Plaza Dorrego, San Telmo

Pero lo más famoso de este lugar es la Feria de San Telmo. Funciona todos los domingos desde 1980 y depende del Museo de la Ciudad. Esta célebre feria visitada por porteños y turistas tiene más de 270 puestos de antigüedades. Es un lugar con mucho ambiente, para recorrer y disfrutar espectáculos callejeros de tango.

La Casa de los Ezeiza, la casa chorizo

Antes de finalizar nuestro recorrido a pie por San Telmo, les recomiendo un lugar a media cuadra de la plaza Dorrego: la Casa Ezeiza. Es de 1880 y representa una variante de la casa colonial, la famosa casa chorizo.

Hoy es la galería o Pasaje de la Defensa o Casa de los Ezeiza, una galería comercial con tiendas variadas. Nada más entrar, se ve una puerta cancel con un hermoso trabajo de herrería. En la parte superior se ve en el centro de la copa dos E entrelazadas, por Elías y Eduarda Ezeiza, el matrimonio Ezeiza, propietarios de la casa.

En 1880, subdividen el terreno y así se forma la casa chorizo, una variante de la casa colonial. Construyen una pared que subdivide la casa y así quedan patios más angostos y las habitaciones corridas hacia un lado. Quedó un terreno largo y angosto. Los Ezeiza ya la construyeron y habitaron así.

Hoy vemos tres patios rodeando habitaciones solo de un lado. Los patios tienen nombres: el primero, el patio del tiempo. El segundo, el patio del árbol, ya que ahí había un árbol, un palo borracho, que tuvieron que sacar porque las raíces levantaban los pisos originales. Y el tercer patio, el patio de los Ezeiza.

Cuando vivían los Ezeiza, todo el terreno era para una sola familia. Había biblioteca, comedor, las habitaciones de los hijos, la habitación del señor y de la señora. Con el paso del tiempo y la llegada de los inmigrantes, este lugar se convirtió en conventillo y aquí llegaron a vivir hasta 32 familias, una por habitación.

Podemos volver a la Plaza Dorrego y disfrutar del ambiente tanguero y bohemio del lugar. Aquí termina nuestro recorrido a pie por San Telmo, espero que lo hayan disfrutado y les sea útil para su próxima estadía en la Reina del Plata. ¡Bienvenidos al barrio histórico de Buenos Aires!

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