Cómo visitar el Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo
Cómo visitar el Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del planeta. Es un sitio increíble en medio del altiplano boliviano, cubierto de sal hasta donde es posible ver en el horizonte. Es un paisaje único en Bolivia y un paseo muy barato para hacerse, pero que sigue ignorado por muchos.
Visitar el Salar de Uyuni sólo es posible en vehículos 4 × 4 de agencias especializadas. La travesía completa dura tres días (y dos noches) y es de las actividades más espectaculares para ser hechas en América del Sur.
Hay que reconocer que viajar por esta región genera algunas dificultades adicionales, pero nada que una buena planificación no pueda solucionar.
El Salar de Uyuni saliendo de Bolivia
Uyuni, la ciudad que da nombre al desierto, sirve de base para el inicio de los tours y la explotación del Salar. Se encuentra en el departamento de Potosí, la ciudad grande más cercana, de donde parten autobuses diarios hacia Uyuni. Sin embargo, una vez en Bolivia, los tours pueden ser contratados desde cualquier ciudad de Bolivia.
También se puede llegar en Uyuni en un tren operado por la Empresa Ferroviaria Andina. La línea que cruza la ciudad sale de Oruro y va hasta Villazón, en la frontera con Argentina, y puede ser una opción si encaja mejor en el itinerario escogido. Note que tanto a partir de Oruro como de Villazón salen, con mayor frecuencia, autobuses hasta Potosí, que es considerada Patrimonio Mundial de la UNESCO y puede funcionar como una óptima parada intermedia.
No hay otro motivo que te lleve a Uyuni que no sea visitar el Salar. Por eso, cuando el turista desembarca en la ciudad, una gran cantidad de agencias lo rodean ofreciendo los más variados paquetes de tours y alojamiento. Mantener la calma y negociar bien da para encontrar buenas ofertas. Recuerde que los tours sólo salen con las asientos llenos y si alguna agencia está con espacio sobrante podrá ofrecerte mayores descuentos para que cierres con ellos, evitando así, para ellos, un perjuicio mayor.
El Salar de Uyuni saliendo de Chile
Los tours que cruzan todo el desierto terminan en la frontera de Bolivia con Chile. También es posible hacer el paseo en sentido inverso, saliendo de San Pedro de Atacama y terminando en Uyuni.
Al contrario de la ciudad boliviana, San Pedro de Atacama es extremadamente turística. El tour para el Salar de Uyuni es sólo una de las muchas atracciones que la ciudad ofrece y vale quedarse unos días explorando la región. Con un ambiente más agradable, en San Pedro es más fácil golpear de puerta en puerta en las agencias, buscar precios y decidir con más calma. (Si quiere negociar, algunas empresas bolivianas tienen filiales en San Pedro también).
Planeando su viaje desde la capital, Santiago, es posible comprar un vuelo (o una conexión) hasta Calama, ya en el desierto, de donde parten vans que lo dejan en San Pedro de Atacama.
¿Y cuál sería la mejor opción, comenzar por Bolivia o Chile?
Desde Bolivia puede ser más barato (pero no mucho) y es más fácil discutir y regatear precios, ya que es costumbre en el país negociar valores para todo. Sin embargo, es bueno comprobar si la empresa no compensará la diferencia en el valor cortando algo en el paquete ofrecido. Para no perder un cliente insistente ellos bajan los valores más allá del mínimo que necesitan e intentan compensar racionalizando alimentación o superlotando el vehículo.
Iniciar el tour por Bolivia también hace que la visita al Salar de Uyuni ocurra en primera instancia del viaje. En el sentido contrario sólo se ve el desierto de sal en el último día, lo que crea cierta sensación de expectativa creciente.
Saliendo de Chile es posible ver el amanecer, el último día, desde dentro del Salar. Desde Bolivia, se visita el desierto ya con el sol alto en el horizonte.
Para los que no quieran encarar tres días en el desierto, sólo a partir de Bolivia, debido a las distancias involucradas, existe la posibilidad de visitar el Salar de Uyuni en un solo día. A los que estén en San Pedro y quieran ver un desierto de sal en un tour rápido, es más fácil ir al Salar de Atacama o al Salar de Tara, que son mucho menores, pero igualmente interesantes.