Caminito

Caminito, la calle más famosa de Argentina

Caminito está en la Boca, el barrio más pintoresco de Buenos Aires. Descubre su historia y porqué es la calle más famosa de Argentina y unas de las más fotografiadas del mundo.

Hoy esta pequeña calle es un ícono de Buenos Aires y un museo al aire libre. En 2004 se posicionó como uno de los lugres más fotografiados del mundo, según estadísticas de Google maps.

Caminito es la postal que no nos podemos perder de Buenos Aires. Esta callejuela inspira fotos, suspiros, colores y tiene una historia muy particular. En ella habita el alma del barrio, de los inmigrantes, del tango y del puerto. Y el sueño de un personaje importantísimo de La Boca, el artista Benito Quinquela Martín. Con su esfuerzo y el de otros vecinos lograron transformar un potrero en el universal museo Caminito.

Caminito: antiguas vías del Ferrocarril

El barrio de La Boca creció librando batallas contra terrenos que se inundaban y se resistían a ser habitados. En el lugar donde hoy está Caminito, el Riachuelo hacía un meandro que era un refugio natural para las embarcaciones contra los vientos fuertes. Esta zona se llamaba “La Vuelta de Rocha” y fue la zona elegida para instalar los primeros astilleros, talleres y almacenes navales.

En 1865 el Ferrocarril a la Ensenada (el otro puerto) llegó a La Boca. Tenía tres paradas. Un año más tarde se agregó un tramo que iba al muelle de La Boca, ubicada junto al Riachuelo. El trazado curvo de las vías atravesaba un terreno que es hoy la manzana de las calles Del Valle Iberlucea, Magallanes, Lamadrid y Olabarría. Esa cortada se llamaba popularmente “La Curva”, que hoy es la famosa Caminito. Por ser terrenos del ferrocarril, las casas no tenían acceso hacia las vías sino hacia el otro lado. Solo se veían los fondos y patios de las casas protegidos por paredones, rejas o empalizadas.

Este tramo del ferrocarril dejó de funcionar en 1928 y “La Curva” pasó a ser una callejuela abandonada. En 1954 se retiraron las vías y los terrenos quedaron intransitables y llenos de desperdicios.

"La Curva", hoy Caminito
“La Curva”, hoy Caminito

Los vecinos Cárrega y Benito Quinquela Martín

Los hermanos Antonio y Aníbal Cárrega eran unos vecinos de La Boca, propietarios de una ferretería naval en la esquina de Pedro de Mendoza y Magallanes, muy cerca de la olvidada Caminito. Los Cárrega participaban activamente en mejorar el barrio y colaboraban con el artista Benito Quinquela Martín, quien ya era una personalidad famosa, en sus acciones filantrópicas.

Quinquela Martín fue un pintor, criado en el barrio y que retrató como nadie la vida de La Boca, del puerto y los trabajadores. Pero además fue un gran filántropo e hizo mucho por su barrio. Donó un hospital odontológico, un teatro, una escuela, un lactario y el Museo de Bellas Artes.

Benito Quinquela Martín

Los Cárrega habían contribuido a transformar la Vuelta de Rocha en un lugar histórico, colocaron el mástil y donaron materiales para hacer la plazoleta. Pero estaban muy preocupados por la degradación de “La Curva”. Junto a Quinquela Martín se lanzaron en el proyecto de crear un museo al aire libre en la antigua callejuela. Este proceso llevó unos largos y burocráticos 5 años.

Todo comenzó con un suceso pintoresco. La calle se había convertido en un basural. Una noche, transgrediendo todas las normas, un camión descargó una gran cantidad de quesos podridos. El olor era insoportable y afectaba justo al local de los Cárrega. Para poner un límite a la situación, ellos mismos colocaron unos postes en el ingreso a la cortada para impedir el paso de vehículos. Así se convirtió en una peatonal.

El tango que inspiró el nombre Caminito

Con la nueva peatonal de los Cárrega, a Quinquela Martín se le ocurrió su primera idea para intervenir la calle. Quería homenajear a su gran amigo Juan de Dios Filiberto, al que le habían detectado una grave enfermedad. El homenaje era colocar una placa recordando que el poeta boquense se había inspirado en esa calle para hacer la música del tango. El mismo Cárrega preparó la placa de madera pintada a mano que decía “Caminito, canción de Filiberto que se inspiró en el lugar”. Ya la peatonal comenzaba a tener un nombre.

Entre los vecinos limpiaron la calle, alisaron y asfaltaron el piso. Llegaron el arte y el color. Quinquela colocó las primeras esculturas y relieves. Llamó a otros artistas reconocidos como Perloti, Stagnaro que donaron sus esculturas. Era 1955 y la callecita empezó a despertar la curiosidad de los visitantes y esto se reflejaba en artículos, películas, diarios nacionales y extranjeros.

También se hizo teatro al aire libre en Caminito y con mucho éxito, entre 1957 y 1973. Fue una época mágica, los actores salían por las balcones de los conventillos lindantes y el publico traía sus sillas.

18 de octubre de 1959: la fiesta de Caminito

Para 1958, Quinquela y los vecinos habían convertido a Caminito en un Museo al aire libre pero faltaba el reconocimiento oficial. Luego de muchas gestiones, los terrenos que todavía pertenecían al ferrocarril fueron vendidos a la Municipalidad de Buenos Aires. Costaron 300.000 pesos de la época (unos 7 mil dólares actuales). La transferencia fue un 18 de octubre de 1959 y en un acto público se colocó el nombre del famoso tango: Caminito.

Caminito, letra de tango y callejuela de La Boca
Caminito

El acto fue una fiesta para el barrio y fue organizado en cada detalle por Quinquela Martín. Vinieron muchas autoridades, una muchedumbre de curiosos y un invitado especial: Gabino Coria Peñaloza, el autor de la letra de Caminito. Fue cubierto por todos los medios gráficos, estuvieron los Bomberos voluntarios de La boca, hubo discursos y la Banda Sinfónica Nacional tocó el himno. Luego varios números artísticos: el propio Filiberto interpretó el tango Caminito, tocó la orquesta de Francisco Canaro y se pudo ver actores como Tita Merello, Luis Sandrini, Aída Luz y otros. Se inauguraron las luces del pasaje y hubo fuegos artificiales.

Quinquela Martín dijo, muy emocionado: “Esto ya no muere más”

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)