San Petersburgo en 48 horas
San Petersburgo en 48 horas. Vamos a conocer una de las ciudades más hermosas de Rusia y del mundo. Toda la belleza que soñó Pedro el Grande se ve en sus palacios espléndidos, sus estatuas, monumentos y el Hermitage, el museo más famoso del mundo. Vamos a recorrer en dos días esta ciudad que deslumbra a todos sus visitantes.
La llamada “Venecia del norte” fue fundada por Pedro el Grande el 27 de mayo de 1703 junto al Golfo de Finlandia, en la desembocadura del río Neva, con el fin de acercarse más a Occidente. Se construyó en tiempo récord, solo tres años bastaron para cumplir el sueño de ciudad moderna y brillante que quería el zar. Se inspiró en Francia e hizo venir a los mejores arquitectos y profesionales europeos.
La ciudad ha cambiado de nombre varias veces: Petrogrado, Leningrado, San Petersburgo, pero sus habitantes la llaman cariñosamente “Píter”. Hoy es un verdadero museo al aire libre y lo ideal es recorrerla a pie.
Primer día en San Petersburgo
Por la mañana en San Petersburgo
Comenzaremos por el increíble Museo del Hermitage, uno de los mejores del mundo. El museo ocupa un conjunto arquitectónico formado por seis edificios donde se destaca el Palacio de Invierno. Un italiano proyectó este edificio por orden de la hija de Pedro el Grande, Elizabeta Petrovna, en 1754. Fue la residencia de todos los zares rusos, hasta que la dinastía Romanov fue destronada.
La fachada de los edificios llama la atención por su espectacular ornamentación, sus columnas, los capiteles corintios, las estatuas y los colores. La Plaza del Palacio es una de las más bonitas del mundo y testigo de momentos históricos. El Hermitage, el Palacio de Invierno, el Cuartel general y su espléndido arco con la columna de Alejandro I, han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El museo es una de las mayores pinacotecas del mundo. Más de tres millones de obras de arte desde la Edad de Piedra hasta el siglo XX.
Muy cerca del Hermitage, el imponente Almirantazgo, un edificio neoclásico con una torre rematada por una aguja de 73 metros. La base de la torre tiene 32 estatuas de dioses de la antiguedad. Es uno de los puntos de referencia de la ciudad y desde ahí parten importantes avenidas. Una de ellas, la famosa Prospekt Nevski.
Seguimos caminando hasta encontrar el impresionante monumento al fundador de la ciudad. Pedro El Grande se eleva sobre las patas de su caballo. La famosa estatua ecuestre está sobre la orilla del río Neva y rodeada por los edificios del Almirantazgo, el antiguo senado y la Catedral de San Isacc. Lo mandó construir Catalina II, también llamada Catalina La Grande.
Aprovechamos para visitar la Catedral de San Isaac, edificada por un arquitecto francés entre 1818 y 1858. Su imponente cúpula dorada se ve desde toda la ciudad. En el interior hay mosaicos, pinturas y decoración en lapizlázuli y malaquita. Deslumbrante la vidriera de color del altar principal con la Resurrección de Cristo. Si le dan las piernas, suba los 300 escalones hasta el mirador desde donde verá una vista fantástica de la ciudad.
Por la tarde en San Petersburgo
Luego de comer en un auténtico restaurante ruso, nos movemos a la otra punta de la ciudad para conocer el Monasterio de Alexander Nevski. Es un complejo ortodoxo ruso que además del monasterio tiene dos iglesias barrocas y una Catedral neoclásica. Cuenta también con dos cementerios donde están enterrados personalidades como el escritor Dostoievski y los célebres compositores rusos Stravinski y Tchaikovski.
Desde ahí, volvemos por la avenida Prospekt Nevski, la avenida más importante de San Petersburgo y que une la plaza del Almirantazgo con el Monasterio Nevski. Son 4 kilómetros de largo y siempre está llena de locales y visitantes. Hay muchos edificios impresionantes a lo largo de la avenida Nevski como el Palacio Anitchkov o el Palacio Stroganov, además de muchos restaurantes, hoteles, cafés y bares.
Cuando llegamos al canal tendremos de un lado la Catedral de Kazan, la más grande iglesia ortodoxa dedicada a la virgen de Kazan, el ícono más venerado en Rusia. Es un imponente edificio clásico con una gran columnata, inspirado en San Pedro del Vaticano. Hoy además de iglesia, es un museo.
Del otro lado, caminamos hasta llegar a la espectacular Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada. También llamada en ruso la iglesia de la Resurrección de Cristo. Se levanta imponente sobre el canal y es sin dudas la iglesia más bella de San Petersburgo, con su típico estilo ruso. Su ornamentación multicolor y sus cúpulas maravillan a quien la ve. El interior también es deslumbrante, tiene la mayor colección de mosaicos de Europa. El nombre de sangre derramada se refiere a que se construyó en el lugar donde murió el zar Alejandro II, víctima de un atentado en 1881.
Segundo día en San Petersburgo
Por la mañana
A la mañana cruzaremos el río Neva para conocer la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Pedro El Grande decidió construir una gran fortaleza para proteger la salida al Báltico. Tiene forma de estrella y en su interior se encuentra el Panteón de los zares rusos. Cuenta con un museo sobre la historia de la ciudad y la Catedral de San Pedro y San Pablo, una visita ineludible. Su gran aguja con una figura alcanzan los 122 metros de altura. En la punta tiene una esfera con un ángel.
Caminamos por el borde el río Neva a través del muelle Petrovskaia hasta llegar a la Casita de Pedro I. Era la casa de los obreros que construían la fortaleza, pero también fue estudio y dormitorio del zar. Es el edificio más antiguo de la ciudad y en él se exhiben objetos personales del zar. Al final del muelle, el barco Crucero Aurora, monumento nacional. Es el símbolo de la Revolución socialista de 1917 ya que durante la toma del Palacio de Invierno por el movimiento bolchevique, el barco anunció el hecho con un disparo.
Cruzamos nuevamente el río para llegar hasta el jardín de verano. Junto al río Neva, este pequeño Versailles también fue una idea de Pedro El Grande. Al original se lo llevó una crecida del río en 1777, el que se ve hoy lo reconstruyó Catalina La Grande. Tiene bonitas estatuas y fuentes. En un extremo sobre el río, está el Palacio de verano del zar y su esposa. No es muy grande y fue construido en piedra.
Por la tarde
La última tarde en la ciudad, podemos visitar el Museo Ruso, Museo de Bellas Artes con una gran colección de pinturas, esculturas e íconos rusos. Otra idea es dar un paseo en barco por el Neva o los canales. Desde el agua tendrá otra perspectiva para admirar edificios espléndidos como La Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada o el Palacio de Invierno. Terminamos nuestro paseo en la siempre animada Prospekt Nevski tomando un café en los múltiples bares de la avenida o observando algún artista callejero.