Catedral de Córdoba, joya de la arquitectura colonial
La Catedral de Córdoba, Argentina, es uno de los íconos de la capital cordobesa y una de las principales joyas de la arquitectura colonial argentina.
Fue concebida como templo Mayor desde la época de fundación de Córdoba. Desde 1580 que se construyó el primer edifico, pasó por un largo proceso constructivo hasta el siglo XX.
La Catedral de Córdoba forma parte del rico patrimonio de la ciudad de Córdoba, fundada en el año 1573 por el conquistador español Jerónimo Luis de Cabrera, quien le dio el nombre de su lugar de nacimiento, Córdoba en Andalucía. La ciudad cuenta con valiosos edificios coloniales e iglesias. La Manzana Jesuítica, con su iglesia, Rectorado y Colegio, fue distinguida por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Catedral de Córdoba, magnífico monumento religioso
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Córdoba es una de las obras más representativas de la arquitectura colonial del país.
Esta bella obra del barroco americano está ubicada en el corazón de la ciudad y ocupa una manzana frente a la plaza San Martín. La plaza se trazó pocos años después de la fundación de la ciudad. Alrededor de ella se desarrolló el damero de la nueva ciudad y se construyeron sus edificios principales, como el Cabildo y la Catedral.
La Catedral está separada del Cabildo por el antiguo callejón Santa Catalina que conduce a otra iglesia, Santa Catalina de Siena. Frente a la parte posterior de la Catedral se levanta una Plazoleta con un monumento al fundador de la ciudad, Jerónimo Luis de Cabrera.
El edificio que vemos hoy data de 1687 aunque se concluyó en el siglo XVIII. Este largo proceso constructivo se evidencia en la combinación de estilos. Posee un pórtico de estilo neoclásico con frontis, arcos de medio punto y pilastras. Las torres y la cúpula son barrocas. Trabajaron en ella diferentes arquitectos y alarifes, entre ellos Bianchi y Prímoli, los famosos arquitectos jesuitas.
La Cuarta Maravilla de Córdoba
El interior de la catedral es tan majestuoso como el exterior. Ricamente ornamentado en dorado a la hoja, sobresale su cúpula con pinturas del artista Emilio Caraffa, creador de las Beaux-arts en Argentina. Esta decoración es del siglo XX. Son pinturas en tela que luego se colocaron en la cúpula, incluso con marco. la Catedral tiene un bello altar realizado en plata repujada traído del Alto Perú.
Al traspasar una puerta trabajada en hierro fundido, nos encontramos con dos sepulcros históricos. Por un lado, el del general cordobés José María Paz y su esposa Margarita Weild. Por otro, el mausoleo y urna del Deán Gregorio Funes, cura que participó en la Revolución de Mayo y fue rector de la Universidad de Córdoba.
En el interior también se puede ver el sepulcro de Fray Mamerto Esquiú, catamarqueño que fue obispo de Córdoba.
Una curiosidad de la Catedral: en el adoquinado se colocaron listones de mármol blanco que representan como un espejo la figura de la Catedral. Lo mismo se realizó en el Cabido, contiguo a la Catedral.
La Catedral fue declarada la cuarta maravilla de Córdoba, en el concurso «Las siete Maravillas de Córdoba», realizado por el diario La Voz de Córdoba en el año 2008.
No te pierdas la Catedral si estás visitando «La Docta», la espectacular ciudad de Córdoba.