
Mostar, vamos a descubrir la joya escondida de Bosnia y Herzegovina
Mostar, descubriendo el alma del sur de Bosnia. Pocas ciudades europeas combinan tanta belleza con tanta historia como Mostar, en el corazón de Bosnia y Herzegovina. Con su famoso puente de piedra sobre el río Neretva, minaretes apuntando al cielo, callejuelas empedradas y una mezcla fascinante de influencias otomanas, austrohúngaras y eslavas, Mostar es un lugar donde el pasado y el presente conviven a cada paso. Un plus: aún no figura entre los destinos más masivos del continente. Quienes la descubren suelen recordarla como una de las experiencias más auténticas del viaje.
Dónde está Mostar
Mostar se encuentra en el sur de Bosnia y Herzegovina, en la región de Herzegovina, a orillas del río Neretva. Es la ciudad principal del cantón de Herzegovina-Neretva y está situada a unos 130 km al suroeste de Sarajevo, la capital del país, y a aproximadamente 140 km al norte de Dubrovnik, en Croacia. Su ubicación estratégica entre montañas y valles la convirtió históricamente en un punto clave de conexión entre Oriente y Occidente, y hoy en día la vuelve fácilmente accesible desde otras ciudades de los Balcanes.

Qué ver en Mostar
El Puente Viejo: símbolo de unión y resiliencia
El ícono indiscutible de Mostar es el Stari Most, el puente viejo construido originalmente en el siglo XVI bajo el Imperio Otomano. Durante la guerra de los años 90 fue destruido, pero su reconstrucción en 2004 no solo devolvió su silueta al paisaje, sino también su significado: unión, reconstrucción, esperanza. Hoy, ver a los jóvenes saltar desde lo alto del puente a las frías aguas del Neretva es uno de los espectáculos más impactantes del lugar.

Un paseo por el casco antiguo
El centro histórico de Mostar parece detenido en otra época. Las calles de piedra conducen a bazares que venden lámparas turcas, tejidos, cerámicas pintadas a mano y joyería tradicional. Entre las fachadas antiguas y los aromas de café bosnio y burek recién horneado, se mezclan los sonidos del llamado a la oración desde las mezquitas cercanas. La mezcla de culturas es palpable y única.
Sabores que cuentan historias
La gastronomía en Mostar refleja su historia multicultural. Podés probar platos típicos como čevapi (pequeñas salchichas de carne con pan plano), dolmas y baklava, en restaurantes con terrazas sobre el río. El café bosnio, servido en cezve de cobre, es una experiencia en sí misma: intenso, ritual, inolvidable. Y todo a precios mucho más accesibles que en Europa occidental.

Una historia marcada por la guerra, y un futuro esperanzador
Mostar fue una de las ciudades más afectadas durante la guerra de Bosnia. Aún hoy, muchas fachadas muestran impactos de balas y algunos edificios permanecen como ruinas silenciosas. Pero la ciudad ha sabido mirar hacia adelante: los murales, las exposiciones, los cafés artísticos y los eventos culturales muestran una juventud vibrante que apuesta por la paz y la identidad propia.
Consejos prácticos para tu viaje a Mostar
- Cómo llegar: Se puede llegar en bus o tren desde Sarajevo (2.5 h) o desde Dubrovnik, en Croacia (2.5–3 h). El viaje atraviesa paisajes espectaculares.
- Dónde dormir: Hay muchos hostales familiares y pequeños hoteles boutique en el casco antiguo, ideales para sumergirse en el ambiente local.
- Cuándo ir: Primavera y otoño son ideales por el clima templado. En verano puede hacer mucho calor, pero es cuando la ciudad está más viva.
- Qué llevar: Zapatos cómodos para calles empedradas, algo de efectivo (no todos aceptan tarjetas) y espacio en tu cámara: lo vas a necesitar.
Mostar: un puente hacia lo inesperado
Visitar Mostar es mucho más que ver un puente famoso: es sumergirse en la historia viva de los Balcanes, conectar con una cultura rica y diversa y descubrir la belleza que florece incluso después de la adversidad. Es uno de esos lugares que tocan el corazón y se quedan en la memoria. Si buscás un destino fuera del circuito habitual, con alma, carácter y una historia que se respira en cada rincón, Mostar te está esperando.