La Antigua Guatemala: la encantadora ciudad/ruina
La Antigua Guatemala, como su nombre lo dice, era la antigua capital del país de América Central. Fue fundada en 1543 y era una de las ciudades más bellas de las Américas. Después de innumerables terremotos, erupciones del Volcán del Fuego y la casi total destrucción de la ciudad en el siglo XVIII, la capital fue trasladada a Ciudad de Guatemala, ubicada a solo 50 minutos.
Hoy es muy conocida y atrae a muchos turistas que visitan Centroamérica. Muchos artistas y extranjeros viven actualmente allí, por su belleza e historia. La ciudad es hoy uno de los patrimonios de la UNESCO debido a la cantidad de ruinas.
La ciudad de La Antigua Guatemala hoy
Antigua es uno de los lugares más visitados de Guatemala y su fama hace justicia a la ciudad, que es bellísima. Sus edificios y callejones antiquísimos rodeados de flores nos hacen volver al pasado. Se pueden hacer paseos en carro por la ciudad o explorar a pie, pues no es muy grande.
Ruinas hay muchas pero podemos citar las más famosas, algunas pagas y otras gratuitas.
Palacio de los Capitanes Generales y Palacio del Ayuntamiento
En la plaza principal, una de las aceras del lugar pasa por los arcos del antiguo Palacio de los Capitanes Generales, o Palacio Real, donde vivía el gobernante de la colonia española en Guatemala. Al otro lado de la plaza se encuentra el Palacio del Ayuntamiento, donde vivía el “alcalde” de la ciudad.
Catedral de Santiago
En el centro de la plaza se puede ver y visitar la ruina más conocida de Antigua, la Catedral de Santiago. La entrada tiene costo, pero vale mucho la pena, pues allí es donde tenemos el primer impacto y podemos testimoniar el gran perjuicio que fue el terremoto de 1773.
No era la primera vez que la catedral era destruida. Su construcción comenzó en 1545, pero fue dañada por varios terremotos. La segunda iglesia fue inaugurada en 1680 y se mantuvo hasta el día del terremoto que cambió para siempre la ciudad.
En el exterior, la fachada fue totalmente restaurada, dando la impresión de que nada ocurrió allí. Al entrar, nos encontramos con un ambiente inmenso, con altísimas columnas y bóvedas derribadas, donde es posible ver el cielo. Varias plantas crecieron allí y varias paredes fueron rayadas por visitantes, pero es posible sentir la magnitud del lugar y del terremoto que pasó por allí.
Arco de Santa Catalina
En la calle más concurrida de la ciudad, llena de restaurantes, heladerías y galerías de arte, está el Arco de Santa Catalina, donde es posible vislumbrar el Volcán del Agua justo detrás. Es un arco que conectaba el convento del mismo nombre a una escuela. Era por donde las monjas de clausura pasaban y no podían ser vistas ya que no hay ventanas en el arco.
Iglesia de San Francisco
La Iglesia de San Francisco El Grande se encuentra un poco más alejada, pero desde lejos ya es bastante impactante, pues su fachada se ha destruido a la mitad. Parte de su interior fue reconstruido, donde se encuentra la tumba del primer santo de Guatemala y de América Central, Santo Hermano Pedro. Aunque era nativo de las Islas Canarias, la mayor parte de su obra fue en tierras guatemaltecas.
Las fotografías dentro de la iglesia nueva están prohibidas, pero en sus ruinas están permitidas. La parte destruida es bastante grande y toma su tiempo visitarla. Son varios sectores, jardines y terrazas desde donde se puede observar desde lo alto.
Muchas otras ruinas se pueden visitar en Antigua y varias merecen la atención. Andar por sus calles de colores también es increíble, pues los residentes actuales resolvieron transformar lo que antes era triste en un lugar con vida.
La ciudad, en comparación con el resto del país, es más cara que lo normal por su aspecto extremadamente turístico (es la ciudad más visitada de Guatemala), tanto en alojamiento y en alimentación. Una estancia de tres días ya es suficiente para conocer toda la ciudad.