Dutch Square

Malacca, la ciudad Patrimonio de la Humanidad en Malasia

Malacca: un viaje por la ciudad más interesante de Malasia. A orillas del estrecho que lleva su nombre y a 149 kilómetros de la capital, Kuala Lumpur.

Malacca (Melaka) condensa seis siglos de historia asiática y colonial en apenas unos kilómetros cuadrados. Caminarla es hojear un álbum cuyas páginas mezclan alfombras rojas imperiales, azulejos holandeses, campanarios portugueses y caligrafía china. Para saborear su esencia basta un día intenso, pero cada esquina invita a prolongar la estancia. Puedes hacer una excursión de día entero desde Kuala Lumpur o alojarte en la ciudad y disfrutarla al máximo. Estos son los imprescindibles para ver en Malacca.

Corazón holandés: Plaza Roja

Los atractivos de Malacca se hallan todos a corta distancia y se pueden recorrer caminando. Comienza tu recorrido en la Plaza Holandesa (Dutch Square) o Plaza Roja. Es el corazón histórico de Malacca y uno de los sitios más fotografiados de la ciudad, reconocible por el color bermellón de sus edificios coloniales. En el centro destaca la Iglesia de Cristo (Christ Church), construida por los holandeses en 1753 como lugar de culto protestante. Su arquitectura es de estilo colonial neerlandés y el interior aún conserva bancos originales y una biblia de esa época. A pocos pasos se encuentra la Torre del Reloj Tan Beng Swee, erigida en 1886 en honor a un prominente filántropo chino. Juntas, estas estructuras simbolizan la fusión de las influencias europeas y asiáticas que definieron el pasado multicultural de Malacca.

Huellas católicas en pleno trópico

A pocos pasos, la Iglesia de St Francis Xavier (1856) delata la huella francesa con sus agujas neogóticas apuntando al cielo. Ubicada en el corazón de la ciudad, es uno de los templos católicos más emblemáticos de la ciudad. Construida en 1849 por un sacerdote francés, esta iglesia neogótica fue dedicada al misionero jesuita San Francisco Javier, conocido por su labor evangelizadora en Asia durante el siglo XVI. Con su fachada blanca y torres gemelas, la iglesia destaca entre los edificios coloniales del casco antiguo de Malaca, y aún hoy sigue siendo un lugar de culto activo.

El palacio que revive la época del sultanato

Al pie de la colina de San Pablo, un edificio de madera oscura y techos escalonados reproduce la antigua residencia real: el Museo del Palacio del Sultán de Malaca (Muzium Istana Kesultanan Melaka). Es una réplica fiel del palacio original del siglo XV del sultán Mansur Shah, construido en 1984 y abierto al público en 1986.

El museo alberga más de 1.300 objetos que ilustran la historia del sultanato de Malaca, incluyendo armas, instrumentos musicales, trajes tradicionales y regalos de emisarios extranjeros. Estas exhibiciones se distribuyen en ocho salas y tres galerías, ofreciendo una visión profunda del apogeo del sultanato antes de la llegada portuguesa (1511).

Fortaleza, ruinas y vistas sobre la ciudad

Sube la empinada Colina de St Paul hasta la capilla en ruinas homónima. Desde allí entenderás por qué los portugueses edificaron su bastión A Famosa en la ladera. Se trata de una antigua fortaleza construida en 1511 por Afonso de Albuquerque, tras la conquista del sultanato local. Diseñada para consolidar el control portugués sobre esta estratégica ciudad portuaria, la fortaleza incluía murallas, torres y una torre de vigilancia de cuatro pisos. Con el tiempo, pasó a manos de los neerlandeses en 1641, quienes renovaron partes de la estructura, incluyendo la Porta de Santiago, como indica la inscripción «ANNO 1670» sobre su arco. En 1807, durante el dominio británico, gran parte de la fortaleza fue demolida, pero la Porta de Santiago fue preservada gracias a la intervención de Sir Stamford Raffles. Hoy en día, esta puerta es uno de los pocos vestigios de la arquitectura colonial europea en Asia y un símbolo del legado histórico de Malasia.

Porta de Santiago, A Famosa

Jonker Walk: antigüedades y mercadillo nocturno

Cruzamos el río Melacca y aparece Jonker Walk, la arteria de Chinatown. Durante el día, casonas peranakan ofrecen antigüedades de nácar, batiks y cafés de gula Melaka. De viernes a domingo, cuando cae el sol, el mercado nocturno despliega un collage de karaoke callejero, baratijas y aromas de satay, rollitos popiah y ¡las célebres chicken rice balls! Estas esferas de arroz cocido en caldo de pollo son herencia hainanesa y acompañan a pechugas tiernas bañadas en salsa de soja.

Harmony Street, la avenida de las tres fes

Muy cerca de Jonker Walk visita Jalan Tokong, conocida como Harmony Street porque en solo 200 metros se alzan un templo chino, una mezquita y un santuario hindú: ejemplo vivo de la tolerancia que caracteriza a Malasia.

  • Templos chinos Xiang Lin Si y Cheng Hoon Teng. El delicado Xiang Lin Si muestra un patio repleto de bonsáis y faroles rojos. Su vecino Cheng Hoon Teng (1645) presume de ser el templo budista más antiguo del país, tallado en madera sin clavos y custodiado por leones de piedra.
  • Mezquita Masjid Kampung Kling. Suspendida entre minaretes moriscos y tejados pagoda, fusiona estilos árabe, chino y malayo. No olvides admirar su minbar de madera tallada.
  • Templo hinduista Sri Poyatha Vinayagar Moorthi. Dedicado al dios elefante Ganesha, es el santuario hindú más antiguo de Malasia. Su gopuram pastel contrasta con el rojo bermellón del cercano templo chino.
Templos chinos Xiang Lin Si y Cheng Hoon Teng
Templos chinos Xiang Lin Si y Cheng Hoon Teng

Vistas que giran y que flotan

¿Quieres panoramas 360 °? Te recomendamos dos miradores para tener magníficas vistas de la ciudad. La Torre Taming Sari, cerca de la Colina San Paul, es una plataforma giratoria a 110 m que revela la cuadrícula colonial y la serpiente verde del río Melaka. Un poco más alejada del corazón histórico, la Shore Sky Tower corona un rascacielos con un mirador acristalado donde el viento trae olor a océano. Puedes subir hasta el piso 43.

Postales al atardecer

Reserva la última luz para la Melaka Straits Mosque. Construida sobre pilotes en el agua, parece flotar cuando sube la marea. Los domos dorados se tiñen de naranja mientras los fieles acuden al magrib y las cámaras capturan reflejos perfectos.

Melaka Straits Mosque, en Malacca
Melaka Straits Mosque

Experiencias que completan la visita

  • Rickshaws psicodélicos: triciclos decorados con luces LED y peluches de Hello Kitty ofrecen tours musicalizados; un cliché irresistible. Los puedes encontrar en la Dutch Square.
  • Crucero por el río Melaka: embarca cerca de Stadthuys y recorre murales, pasarelas y cafés sobre pilotes; de noche, los puentes iluminados recuerdan a un pequeño festival de linternas.
  • Chicken rice balls: mención aparte; pedilas en Kedai Kopi Chung Wah o Hoe Kee y acompáñalas con cincau (bebida de gelatina de hierbas).

Malacca no es solo una parada entre Kuala Lumpur y Singapur; es un caleidoscopio donde cada conquista dejó color y donde cada credo halló techo. Desde la humildad de Harmony Street hasta la majestuosidad de la Straits Mosque, la ciudad demuestra que el mestizaje puede ser patrimonio vivo. Dedícale 24 horas y querrás quedarte un fin de semana. Tómate tres días y terminarás buscando la manera de volver.

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