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Qué ver en los Balcanes: el mejor recorrido a través del sureste de Europa

Descubriendo el sureste de Europa

Recorriendo los maravillosos Balcanes

Qué ver en los Balcanes: la península balcánica es una de las regiones más fascinantes de Europa. Ubicada en el sureste del continente, combina paisajes de montañas, mares cristalinos, pueblos medievales y ciudades cargadas de historia. Los países que forman parte de los Balcanes son Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro, Rumanía, Serbia y Eslovenia. Cada uno de ellos ofrece una experiencia única que mezcla influencias orientales y occidentales, legado otomano, austrohúngaro, bizantino y romano.

Si estás por viajar a esta zona, te contamos qué ver en los Balcanes, una guía de los imprescindibles de cada país. Pero también tenemos para que leas, artículos más extensos de cada lugar. ¡Qué los disfrutes!

Qué ver en los Balcanes

Albania, playas y montañas eternas

Albania es uno de los destinos más sorprendentes de la guía sobre qué ver en los Balcanes. Es un país que combina playas vírgenes, ciudades históricas y paisajes montañosos de gran belleza. En la Riviera Albanesa se encuentran algunas de las costas más espectaculares del Adriático, con pueblos como Ksamil, Himarë y Saranda que ofrecen aguas turquesa y un ambiente relajado.

Playa Ksamil

En el interior, Berat, conocida como “la ciudad de las mil ventanas”, deslumbra con su arquitectura otomana y su casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, al igual que Gjirokastër, con su imponente castillo y casas de piedra.

Para los amantes de la naturaleza, el Parque Nacional de Theth y el de Valbona en los Alpes albaneses son destinos ideales para hacer senderismo entre montañas, cascadas y pueblos tradicionales. Albania, aún poco explorada, combina autenticidad, hospitalidad y una gran riqueza cultural que la convierte en una joya escondida de Europa.

Bosnia y Herzegovina, puentes e historias

Bosnia y Herzegovina es un país que combina paisajes verdes con ciudades llenas de historia. Sarajevo, su capital, es conocida como la “Jerusalén de Europa” gracias a la convivencia de mezquitas, iglesias ortodoxas, católicas y sinagogas en un mismo barrio. Pasear por Baščaršija, el antiguo bazar otomano, es como viajar en el tiempo, entre cafés orientales y talleres artesanales.

Al sur, Mostar es la joya más reconocida del país, con su famoso puente Stari Most, reconstruido tras la guerra y convertido en símbolo de unidad. Desde allí se puede visitar Blagaj, donde un monasterio derviche se alza a los pies de un manantial espectacular, o Počitelj, un pueblo medieval lleno de encanto.

Mostar

Para los amantes de la naturaleza, Bosnia ofrece paisajes montañosos ideales para el senderismo, como el Parque Nacional Sutjeska con el pico Maglić, el más alto del país, y cascadas impresionantes como las de Kravice. Bosnia y Herzegovina combina autenticidad, hospitalidad y escenarios que muestran tanto su resiliencia como su belleza.

Bulgaria, montañas y costas

Bulgaria, entre el Mar Negro y los montes Ródope, combina historia milenaria, tradiciones vivas, montañas y paisajes diversos. Sofía, su capital, sorprende con su mezcla de iglesias ortodoxas, restos romanos y arquitectura moderna, siendo la Catedral de Alexander Nevsky uno de sus emblemas más reconocibles.

Plovdiv, una de las ciudades más antiguas de Europa, conserva un casco histórico encantador con teatros romanos, casas renacentistas y calles adoquinadas llenas de cafés y galerías de arte. El Monasterio de Rila, Patrimonio de la Humanidad, es un símbolo del patrimonio religioso y artístico del país, mientras que Veliko Tarnovo, la antigua capital medieval, seduce con su fortaleza sobre el río Yantra y sus calles empedradas.

Monasterio de Rila, Patrimonio de la Humanidad

Para quienes buscan naturaleza, los Montes Ródope y los Pirin ofrecen senderos, lagos y vistas impresionantes. Las playas de Varna y Burgas permiten disfrutar del sol y el mar. Bulgaria es, en suma, un destino que mezcla historia, cultura y paisajes de gran belleza, perfecto para todo tipo de viajeros.

Croacia, la joya del Adriático

Sin dudas, una de las joyas de nuestra guía sobre qué ver en los Balcanes. Conocida por sus espectaculares costas e islas, Croacia es un paraíso mediterráneo. Sus ciudades costeras, como Dubrovnik, conocida como la “Perla del Adriático”, y Split, con su imponente Palacio de Diocleciano, transportan al visitante a épocas romanas y medievales. En Zagreb, su capital, se respira un ambiente cultural vibrante, con museos, cafés y mercados que muestran la esencia local.

Más allá de las ciudades, Croacia sorprende con paisajes de ensueño: los lagos de Plitvice, Patrimonio de la Humanidad, forman un mosaico de cascadas y senderos rodeados de bosques, mientras que las islas de Hvar, Korčula o Brac ofrecen playas paradisíacas y pueblos encantadores. Su costa, con más de mil islas, es ideal para recorrer en barco, descubrir calas escondidas y disfrutar de una gastronomía mediterránea con influencia italiana y balcánica. Croacia es un destino que mezcla relax, aventura y cultura en cada rincón.

Grecia, cuna de la civilización occidental

Grecia es un destino único donde la historia, la mitología y la belleza natural se entrelazan en cada rincón. Por supuesto, no puede estar afuera de tu lista de «qué ver en los Balcanes». Atenas, con la Acrópolis dominando la ciudad, es un recordatorio vivo del esplendor de la civilización clásica. Más allá de la capital, Grecia despliega un mosaico de islas que parecen sacadas de un sueño: Santorini, con sus casas blancas y cúpulas azules frente al mar Egeo; Mykonos, famosa por su vida nocturna y molinos de viento; o Creta, cuna de la antigua civilización minoica.

Mykonos

El país también invita a recorrer monasterios suspendidos en las rocas de Meteora, perderse en pueblos tradicionales de montaña o relajarse en playas de aguas turquesas. A todo ello se suma su exquisita gastronomía mediterránea, marcada por el aceite de oliva, el queso feta y el vino local. Grecia es, sin duda, un lugar donde el pasado glorioso y el presente vibrante se encuentran bajo un sol radiante.

Kosovo, el país más joven de Europa

Kosovo es un pequeño país de los Balcanes que sorprende por su mezcla de culturas, historia y paisajes montañosos. Su capital, Pristina, combina la modernidad con huellas otomanas y yugoslavas, reflejadas en sus mezquitas, iglesias y monumentos contemporáneos como la Biblioteca Nacional.

En ciudades como Prizren, considerada la más pintoresca, se respira un aire medieval con su castillo en lo alto, el río Bistrica y sus calles empedradas llenas de vida. El país también ofrece naturaleza en estado puro, con el Parque Nacional Bjeshkët e Nemuna y sus rutas de senderismo entre montañas y valles verdes. Kosovo es joven y vibrante, con una población hospitalaria que invita a descubrir su gastronomía, tradiciones y energía renovada, convirtiéndolo en un destino aún poco explorado pero lleno de autenticidad.

Macedonia del Norte, el corazón de los Balcanes

Macedonia del Norte es un país pequeño pero lleno de tesoros culturales, históricos y naturales que sorprenden a cada paso. Su capital, Skopie, ofrece un contraste único entre monumentos modernos, estatuas monumentales y barrios con sabor otomano, como el Antiguo Bazar, uno de los más grandes de los Balcanes.

Skopie, la capital de Macedonia del Norte

A orillas del lago Ohrid se encuentra la ciudad homónima, declarada Patrimonio de la Humanidad, famosa por sus iglesias medievales, su casco antiguo empedrado y las aguas cristalinas del lago, considerado uno de los más antiguos de Europa. Otro sitio imperdible es el Cañón Matka, muy cerca de Skopie, donde se pueden hacer excursiones en barca o senderismo entre imponentes paredes rocosas.

Los amantes de la historia disfrutarán del yacimiento de Heraclea Lincestis, con restos romanos y mosaicos bien conservados. El país también invita a conocer el Monasterio de San Naum, enclavado junto al lago Ohrid, y a recorrer las montañas de Mavrovo, ideales para el ecoturismo y deportes de invierno.

Montenegro, una de las costas más bellas del Adriático

Montenegro es un destino que cautiva por su diversidad paisajística y su encanto histórico. La bahía de Kotor, con sus murallas medievales y su casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los lugares más impresionantes del país, ideal para pasear entre callejones y plazas antiguas.

Budva, famosa por sus playas y su vibrante vida nocturna, combina historia y modernidad frente al mar Adriático. Los amantes de la naturaleza pueden explorar el Parque Nacional Durmitor, con sus montañas escarpadas, lagos glaciares y el famoso cañón del río Tara, uno de los más profundos del mundo. Otro imperdible es el lago Skadar, que ofrece paisajes tranquilos, aves exóticas y pintorescos pueblos ribereños. Además, pequeños pueblos costeros como Perast o Sveti Stefan, con su icónica isla-hotel, muestran la elegancia mediterránea de Montenegro.

Rumanía, la tierra de Drácula

En los Balcanes orientales, Rumanía sorprende con su historia, leyendas y paisajes diversos que la hacen única en Europa del Este. Su capital, Bucarest, combina arquitectura moderna con edificios históricos como el impresionante Palacio del Parlamento, uno de los más grandes del mundo y testigos de la Belle Époque.

La región de Transilvania es un imprescindible, con sus castillos medievales y pueblos encantadores. El Castillo de Bran, conocido como el “Castillo de Drácula”, atrae a turistas de todo el mundo, mientras que ciudades como Brașov y Sibiu conservan plazas empedradas y fachadas coloridas.

Castillo de Bran, conocido como el “Castillo de Drácula«

Los amantes de la naturaleza pueden explorar los Cárpatos, ideales para senderismo, esquí y avistamiento de fauna silvestre, o recorrer el Delta del Danubio, un paraíso de biodiversidad. Además, Rumanía cuenta con monasterios pintados como los de Bucovina, fortalezas como las de Sighișoara y Maramureș, y pueblos tradicionales donde se respira la auténtica vida rural.

Serbia, paisajes, fortalezas y monasterios medievales

Serbia es un destino vibrante que combina historia, cultura y naturaleza en cada rincón. Belgrado, su capital, impresiona con su fortaleza Kalemegdan, desde donde se contempla la confluencia de los ríos Danubio y Sava, y con su vida nocturna en barrios como Skadarlija, lleno de cafés y música en vivo.

Novi Sad, sede del famoso festival Exit, ofrece un casco antiguo encantador y la fortaleza de Petrovaradin, conocida como la “Gibraltar del Danubio”. Serbia también invita a explorar su interior, con monasterios medievales como los de Studenica y Sopoćani, Patrimonio de la Humanidad, y pueblos pintorescos que conservan tradiciones centenarias. La naturaleza no decepciona: los cañones del río Uvac, con sus impresionantes meandros, y el Parque Nacional Tara, ideal para senderismo y avistamiento de osos, muestran la belleza salvaje del país.

Eslovenia, pueblos pintorescos, castillos históricos y viñedos

Al norte de los Balcanes, Eslovenia combina lo mejor de los Alpes y el Mediterráneo. Es un país pequeño pero sorprendentemente diverso, donde la naturaleza y la cultura se combinan en perfecta armonía. Ljubljana, su encantadora capital, destaca por su casco antiguo peatonal, su castillo sobre la colina y sus cafés junto al río Ljubljanica. El lago Bled, con su isla en el centro y el castillo sobre el acantilado, es uno de los paisajes más icónicos de Europa, ideal para paseos en barco o caminatas alrededor del lago.

Lago Bled, Eslovenia

El Parque Nacional de Triglav, en los Alpes Julianos, ofrece rutas de senderismo, escalada y aventuras al aire libre rodeadas de montañas, lagos y ríos cristalinos. Piran, en la costa adriática, impresiona con su arquitectura veneciana y su atmósfera mediterránea, mientras que cuevas como Postojna y Škocjan muestran un mundo subterráneo fascinante.

Qué ver en los Balcanes: viaje único a través de un mosaico cultural

Recorrer los Balcanes es descubrir una Europa distinta, auténtica y multicultural. Cada país aporta su propio carácter, pero todos comparten hospitalidad, gastronomía deliciosa y paisajes que van desde playas cristalinas hasta montañas imponentes. Un viaje a esta región es una oportunidad para adentrarse en destinos únicos y todavía poco explorados y lleno de sorpresas. Esperamos que esta guía completa sobre qué ver en los Balcanes, te ayude a planear tu próximo viaje.

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