Praga es una de las ciudades más bonitas del mundo. Es la capital de la República Checa y está ubicada en el corazón de Europa. Patrimonio de la Humanidad, su casco histórico es uno de los más bellos que puedes visitar.
Praga encanta al visitante no sólo por su arquitectura sino también por su vida cultural y cosmopolita, sus múltiples festivales musicales y sus galerías de arte. Para disfrutar su bebida tradicional, es imprescindible visitar sus cervecerías y saborear una de las mejores cervezas del mundo. Las calles empedradas de Praga lo harán retroceder en el tiempo y sentirse como en un sueño.
Las cúpulas de Praga surcan el cielo dando cuenta de sus diversos estilos arquitectónicos como el gótico que se observan en la majestuosa Catedral de San Vito o en el edificio del Arzobispado.
Durante la poderosa dinastía de los Hamburgo, llegó el renacimiento y aparecieron construcciones como el Palacete de la Estrella o la Casa del Minuto. Después de la Guerra de los Treinta Años, sus monumentos se tornaron barrocos como el Palacio Clam-Gallas. Praga supo conservar el esplendor a pesar de los avatares de su historia. Fue una de las últimas ciudades liberadas por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
La ciudad antigua, Mala Strana
La parte más antigua de la ciudad se encuentra en los barrios de Mala Strana, Staré y Nové Mésto, que encantan al visitante con su ambiente único. El Puente de Carlos une los dos barrios más antiguos divididos por el río Vltava. Es hermoso recorrer el puente y apreciar las 30 estatuas de maestros del barroco y las dos torres en sus extremos. Del lado derecho se encuentran las calles empedradas del Mala Strana, con sus casas señoriales de piedra, palacios barrocos y hermosas iglesias. La iglesia de San Nicolás construida en el siglo XVIII alberga en su nave central las pinturas al fresco más grandes de toda la historia. Se trata de la “Apoteosis de San Nicolás” de San Lukás Kracher, que mide más de 1500 m2.
Desde el Castillo de Praga se llega caminando a la callejuela de Oro y ahí una casa histórica en el número 22 recuerda la vida de Franz Kafka. El famoso escritor vivió en esta casa durante algunos meses en 1917 y se dice que el Castillo inspiró la novela del mismo nombre.
Barrio Staré Mestó
Del lado izquierdo del Puente se encuentra el laberíntico barrio Staré Mestó, en cuyo centro de encuentra la Plaza de la Ciudad Antigua, donde gira la vida de la ciudad. Una bella plaza de típicas construcciones barrocas y góticas, bien coloridas que te remontan a la Edad Media. No hay mejor programa que tomar un café en algunos de los bares que rodean la plaza. En una esquina, la iglesia del Ayuntamiento nos llama con su famoso reloj astronómico del siglo XV. Cada hora, suenan las campanadas y se puede ver las figuras de los 12 apóstoles desfilando ante el aplauso de los visitantes.
Nové Mesto (Ciudad Nueva)
En la Nové Mestó, la ciudad nueva, se encuentra la Plaza Wenceslao. Es la cuna de la fallida revolución de 1968, más conocida como la Primavera de Praga, resultado de la invasión rusa. Hoy es una animada zona comercial.