El Templo de Luxor, la morada de los dioses y los faraones, se encuentra en plena Kornish Al Nile (avenida de la costa) de la ciudad de Luxor, en el sur de Egipto.
Luxor es el punto de partida para recorrer la región del Alto Egipto. Es el aeropuerto para llegar desde El Cairo y el puerto para embarcarse en los cruceros que recorren el Nilo hasta la ciudad de Aswan, la más meridional del país.
Junto con el Templo de Karnak, el Templo de Luxor es el gran templo del Imperio Nuevo (c. 1550 a. C. hasta el 1070 a. C.). Este gran templo dedicado al dios del Sol Amón se construyó entre el 1400 (dinastía de Amenofis III) y el 1000 antes de Cristo durante el reinado de Ramsés II. Se construyó progresivamente hasta completar sus actuales 260 metros de longitud y 10000 metros cuadrados. A eso se suma un recinto exterior con esfinges.
Majestuosamente construido hace 3 mil años, hoy podemos visitarlo y recrear la gloria del antiguo Egipto de los faraones e imaginarnos la procesión del festival Opet, la fiesta religiosa más importante.
La gran fiesta faraónica
Durante la época de la crecida del río Nilo y las inundaciones, se realizaba esta festividad que duraba 11 días, aproximadamente en el actual mes de septiembre. El acto central de la fiesta era una multitudinaria procesión en la que se trasladaban las estatuas del dios Amón y su familia desde el templo de Karnak hasta el Templo de Luxor, a través de una avenida de esfinges de tres kilómetros de longitud.
La fiesta comenzaba con la llegada del faraón a Karnak quien realizaba ofrendas a los dioses, los purificaba y los preparaba para viajar. Luego de los rituales, se colocaba a Amón en una barca de madera de cedro chapada en oro y se lo trasladaba a su residencia en Luxor. A veces por tierra y a veces remontando el río. Lo acompañaban guerreros, sacerdotes, bailarines, portadores de ofrendas y el pueblo. Músicos tocaban el laúd, otros hombres asaban patos y aves y otros portaban vinos, incensarios y estandartes. Todo esto quedó eternizado en los bajorrelieves realizados en la piedra.
Al llegar a Luxor se realizaban ceremonias rituales y sólo penetraban al templo las barcas, los sacerdotes de alto rango y el faraón. Durante todos los días de la celebración de Opet, se realizaban grandiosos banquetes y el pueblo participaba activamente, realizando ofrendas y también pidiendo a los dioses.
Un recorrido por el Templo de Luxor
Los invitamos a realizar un recorrido dentro del Templo de Luxor, paso a paso para no perderse nada. Antes de entrar al complejo, nos recibe la majestuosa avenida de las esfinges.
La avenida de las esfinges
Esta avenida que antiguamente unía los templos de Karnak y Luxor, medía 3 kilómetros y estaba flanqueada por 1400 esfinges, mitad hombre mitad león. Hoy quedan más de 600. Esta avenida se trataba de un camino ceremonial, utilizado durante la festividad de Opet, para trasladar al dios Amón desde el templo de Karnak al Templo de Luxor.
Entrada al Templo de Luxor
Luego de la avenida de las esfinges, llegamos a la entrada del templo que es un gran pilono, una estructura formada por dos bloques trapezoidales. Lo primero que vemos es un gran obelisco de 25 metros de altura. Antiguamente había otro obelisco que fue donado a Francia y hoy se levanta en la Place de la Concorde, en París. Además del obelisco, flanquean la entrada dos estatuas sedentes de Ramsés II.
Dentro del Templo
Al pasar el pórtico de entrada, a la izquierda vemos la parte trasera de una mezquita, la mezquita de Abu el Haggag, un santo musulmán. Fue construida en el siglo XIII, sobre las ruinas del Templo de Luxor.
Enfrente a la mezquita, una serie de columnas intercaladas con estatuas de Ramsés II forman parte del patio de Ramsés II.
Podemos ver dos grandes colosos sedentes del faraón que marcan el comienzo de la columnata de Amenothep III. Cerca de la pierna del faraón, está representada su esposa Nefertari, ataviada como la diosa Hathor con cuernos y un disco solar en su cabeza.
La avenida procesional de Amenothep III consiste en dos filas de siete columnas decoradas con escenas del festival de Opet. Los capiteles tienen forma de papiros de corola abierta.
La columnata conecta el patio de Ramsés con el patio de Amenothep III, que tiene una columnata con capiteles de papiros pero estos de corola cerrada. Finalmente, se llega a la Sala Hipóstila compuesta por 32 columnas distribuidas en hileras. A diferencia de los anteriores, este espacio era cubierto y a él solo accedía la alta jerarquía religiosa.
La Sala Hipóstila era el vestíbulo que daba paso a la Sala de las Ofrendas y al Santuario de la Barca, donde se preparaban las ofrendas, y la Sala del nacimiento. Estas habitaciones rodean la parte más íntima del templo, el santuario donde se guardaba la estatua del dios Amón y se realizaban los rituales.
Un capilla romana en un templo egipcio
Al final del recorrido, te encontrarás con un elemento bastante atípico para el Templo de Luxor: un santuario construido por los romanos con pinturas de emperadores romanos superpuestas sobre las figuras de los faraones. Esto recuerda que el templo fue utilizado como un fuerte romano en el siglo III d.C.