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Qué ver en Albania, el desconocido Caribe europeo

Albania, el caribe europeo

Albania, la joya desconocida de Europa

Qué ver en Albania, el pequeño país situado en el sureste de Europa, en la península balcánica. Con su costa bañada por el mar Adriático y el mar Jónico, se sitúa justo frente al “tacón” de Italia, lo que le otorga una ubicación estratégica en el Mediterráneo.

Este país se ha convertido en uno de los destinos más fascinantes de Europa. Ofrece playas de aguas cristalinas, montañas salvajes, ciudades con historia y una hospitalidad única. Conocida como el Caribe europeo, Albania combina paisajes idílicos con un aire auténtico y lo mejor, lejos del turismo masivo.

Con una población de aproximadamente 2,8 millones de habitantes, Albania combina una rica historia cultural con paisajes naturales variados, que incluyen montañas escarpadas, valles fértiles y playas de aguas cristalinas. Su patrimonio mezcla influencias ilirias, griegas, romanas y otomanas, reflejadas en ciudades históricas como Berat y Gjirokastër, mientras que su hospitalidad, su gastronomía mediterránea y su ambiente auténtico convierten al país en un destino único.

Te contamos lo que puedes ver en este país maravilloso y no visitado por el turismo de masas: la mejor guía sobre qué ver en Albania:

Guía sobre qué ver en Albania:

El corazón histórico: castillos y ciudades con alma

El viaje puede comenzar en Tirana, la capital y corazón político, cultural y económico del país. Con aproximadamente un millón de habitantes, esta ciudad vibrante combina modernidad y tradición: amplias plazas, edificios coloridos y monumentos históricos conviven con cafés animados, galerías de arte y mercados locales. Entre sus principales atractivos se encuentran la Plaza Skanderbeg, el Museo Nacional de Historia y la Mezquita Et’hem Bey, mientras que el Blloku, antiguo barrio reservado a la élite comunista, se ha transformado en el epicentro de la vida nocturna y gastronómica. Tirana sorprende al viajero con su energía cosmopolita y su capacidad de reinventarse, ofreciendo una experiencia única en el corazón de Albania.

A 40 kilómetros de Tirana hacie le norte, se encuentra Kruja, donde se alza el castillo-museo de Skanderberg, héroe nacional que resistió al Imperio Otomano. Desde sus murallas se aprecian vistas espectaculares de la llanura central.

Berat

Hacia el sur, a 98 kilómetros de la capital, se puede visitar Berat. Conocida como “la ciudad de las mil ventanas”, es una de las joyas históricas de Albania y Patrimonio de la Humanidad. Situada a orillas del río Osum, destaca por su casco antiguo con casas otomanas de fachadas blancas y ventanas alineadas que le dan su característico encanto. En lo alto, el castillo de Berat ofrece vistas panorámicas de la ciudad y alberga iglesias y mezquitas que reflejan la convivencia de culturas a lo largo de los siglos. Pasear por sus estrechas calles empedradas es sumergirse en la historia del país.

Más al sur y antes de llegar a la frontera con Grecia, se ubica Gjirokastër, la “ciudad de piedra” y Patrimonio de la Humanidad. Se distingue por su impresionante casco antiguo con casas otomanas de techos de piedra y calles empedradas que ascienden hasta el castillo de Gjirokastër. Esta ciudad-museo combina historia y cultura, albergando museos, antiguas fortalezas y talleres de artesanía, ofreciendo al visitante un viaje al pasado mientras se disfruta de vistas panorámicas sobre el valle del Drino.

En Shkodër, la ciudad más importante del norte, se respira un aire cultural y bohemio. Es una de las ciudades más antiguas de Albania, a orillas del lago homónimo y muy cerca de la frontera con Montenegro. Conocida como la “puerta de entrada a los Alpes albaneses”, su símbolo más imponente es el Castillo de Rozafa, desde donde se obtienen vistas espectaculares de la ciudad y los ríos Drin, Buna y Kiri. Shkodër también es famosa por su ambiente bohemio, sus calles peatonales llenas de cafés y su tradición ciclista, que la distingue de otras ciudades albanesas. Cuenta con un importante patrimonio cultural, con mezquitas, iglesias y museos que narran la compleja historia de la región. Desde allí, muchos viajeros parten hacia el Parque Nacional de Theth, uno de los paisajes montañosos más bellos de los Balcanes.

Castillo de Gjirokastër

Apolonia, la antigua ciudad griega

Otro sitio imprescindible es el Parque Arqueológico de Apolonia, uno de los sitios históricos más importantes de Albania. Fundada en el siglo VI a.C., esta antigua ciudad griega y posteriormente romana fue un centro comercial y cultural destacado de la región. Hoy, entre olivares y campos verdes, se pueden explorar restos de templos, columnas, un antiguo teatro y mosaicos bien conservados, que permiten al visitante imaginar la vida de una ciudad clásica mediterránea. Apolonia ofrece además un entorno tranquilo y pintoresco, ideal para combinar historia, arqueología y naturaleza en una sola visita.

El azul infinito: la Riviera albanesa

La riviera es el tesoro escondido de cualquier guía sobre qué ver en Albania. Vlore marca el inicio de la famosa Riviera albanesa, un tramo de mar que enamora por sus aguas turquesas y playas poco explotadas. En el Parque Nacional de Llogara, la carretera asciende entre montañas hasta ofrecer vistas panorámicas sobre el Jónico. Allí esperan pueblos como Dhermi, con la encantadora playa de Drymades.La recóndita Gjipe Beach es un rincón salvaje escondido entre acantilados.

El ambiente marinero continúa en Himare, con calas tranquilas y tabernas junto al mar. Más adelante, la bahía de Porto Palermo guarda el castillo de Ali Pachá, una fortaleza cargada de historia con vistas inolvidables. En Borsh, la playa más larga del país, el paisaje se vuelve inmenso, mientras que Saranda vibra con vida y se convierte en punto de acceso para descubrir joyas cercanas.

Ksamil y Butrinto: el sueño mediterráneo

A pocos kilómetros de Saranda se encuentra la mítica Ksamil, considerada una de las playas más hermosas de Europa. Sus islotes de arena blanca y aguas transparentes recuerdan a un paraíso tropical. Muy cerca está el Parque Nacional de Butrinto, otro Patrimonio de la Humanidad, que muestra restos griegos, romanos, bizantinos y venecianos en un entorno natural privilegiado. Para quienes buscan tranquilidad, las playas de Pulëbardha y Manastiri son auténticos refugios escondidos.

Ksamil

Aventuras en la montaña

Albania no es solo mar. En el norte, las Montañas Malditas ofrecen un paisaje alpino perfecto para los amantes del senderismo. La ruta de senderismo entre Valbona y Theth es considerada una de las más espectaculares de Albania y de todo el sudeste europeo. Este camino de montaña, de unas seis a ocho horas de duración, conecta dos de los valles más impresionantes de los Alpes albaneses atravesando pasos de altura que alcanzan los 1.800 metros. El recorrido ofrece paisajes de bosques frondosos, ríos cristalinos y picos majestuosos que parecen intocados por el tiempo. Además de la belleza natural, la ruta permite conocer la vida rural de las aldeas albanesas, donde la hospitalidad de sus habitantes forma parte esencial de la experiencia.

En el sur, las aguas termales de Banjat e Benjes, en el Parque Nacional del abeto de Hotova, regalan un baño natural rodeado de montañas. Un rincón ideal para relajarse después de días de aventura.

Un destino completo y aún secreto

Esta guía de qué ver en Albania combina todo lo que un viajero busca: playas paradisíacas, pueblos con historia, montañas para explorar y rincones secretos aún por descubrir. Es un país donde la autenticidad y la belleza se dan la mano. Un destino que merece estar en la lista de todo amante de los viajes, porque en cada rincón guarda la sorpresa de un tesoro intacto.

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