Bulgaria, ubicada en el corazón de los Balcanes, es un país que sorprende por la riqueza de su patrimonio histórico, la diversidad de sus paisajes y la autenticidad de sus tradiciones. Aunque a menudo pasa desapercibida frente a otros destinos europeos más populares, quienes la visitan descubren un país lleno de encanto, con ciudades milenarias, monasterios enclavados en montañas, playas doradas y una gastronomía deliciosa. Este artículo recorre las ciudades turísticas más importantes de Bulgaria y todo lo que puedes hacer en ellas.
Sofía: la capital entre montañas
Sofía, la capital, es una ciudad que combina ruinas romanas con arquitectura soviética y modernos espacios culturales. Entre sus imperdibles están la majestuosa Catedral de Alejandro Nevski, con sus cúpulas doradas, y la iglesia de San Jorge, del siglo IV, considerada la más antigua de la ciudad. El Bulevar Vitosha, la calle principal de Sofía, es ideal para pasear, tomar un café o ir de compras. Muy cerca, el monte Vitosha ofrece rutas de senderismo y esquí en invierno. También vale la pena visitar el Museo Nacional de Historia y el Museo Arqueológico Nacional para conocer la riqueza cultural del país.
Plovdiv: la ciudad más antigua de Europa
Plovdiv es una joya histórica, con más de 6.000 años de historia. Ubicada a 149 km de la capital, en el sur de Bulgaria. Su casco antiguo está lleno de casas renacentistas, calles adoquinadas y ruinas romanas como el espectacular Teatro Romano, aún en uso. La calle Kapana, que significa “la trampa”, es el corazón bohemio de la ciudad, llena de galerías de arte, cafés y tiendas artesanales. Plovdiv fue Capital Europea de la Cultura en 2019 y conserva un aire artístico que la hace única.
Kazanlak: el valle de las rosas y los tracios
Cerca de Plovdiv y en el corazón del Valle de las Rosas, Kazanlak es famosa por su producción de aceite de rosa, muy valorado en perfumería. Si visitas en junio, puedes asistir al Festival de la Rosa, con danzas, desfiles y aromas envolventes. También es un sitio clave para conocer el legado de los tracios, con el túmulo funerario de Kazanlak, decorado con frescos milenarios. En las cercanías se encuentran otras tumbas tracias y el Museo del Valle de los Reyes Tracios.
Veliko Tarnovo: la ciudad de los zares
Situada entre colinas y atravesada por el río Yantra, Veliko Tarnovo fue la capital del Segundo Imperio Búlgaro. Está ubicada a 220 km de Sofía hacia el noreste. Su principal atracción es la Fortaleza de Tsarevets, a 5 km de la ciudad y desde donde se obtienen vistas impresionantes. El casco antiguo, con casas colgantes al borde del acantilado, es ideal para pasear y descubrir talleres de artesanos. La calle Samovodska Charshia conserva el ambiente de los siglos pasados. También se puede visitar el cercano Monasterio de la Transfiguración.
Rila: el monasterio y las montañas
El Monasterio de Rila es uno de los lugares más sagrados y visitados del país. Ubicado a 134 km de Sofía. Patrimonio de la Humanidad, está enclavado en un paisaje montañoso espectacular y destaca por su arquitectura colorida y sus frescos. Muy cerca se encuentra el Parque Nacional de Rila, perfecto para senderismo, con rutas que llevan hasta los famosos Siete Lagos de Rila, uno de los paisajes más fotografiados de Bulgaria.
Bansko: esquí y tradición
En las faldas de las montañas Pirin, Bansko es el centro de esquí más importante de Bulgaria, con instalaciones modernas y precios accesibles. Pero también es un pueblo con encanto, lleno de casas de piedra y madera, tabernas tradicionales y callejones empedrados. En verano, se convierte en punto de partida para caminatas por el Parque Nacional Pirin, declarado Patrimonio Mundial por su biodiversidad.
Belogradchik: rocas fantásticas y fortalezas
En el noroeste del país, Belogradchik sorprende con sus formaciones rocosas de formas surrealistas. Estas columnas naturales se combinan con una fortaleza medieval que parece esculpida en la roca. Es un lugar ideal para los amantes de la geología, la fotografía y el senderismo. Muy cerca está la cueva Magura, con pinturas rupestres prehistóricas.
Melnik: vinos e historia
Melnik es la ciudad más pequeña de Bulgaria, pero también una de las más encantadoras. Famosa por sus vinos tintos, está rodeada de formaciones rocosas conocidas como las pirámides de Melnik. El pueblo conserva casas del renacimiento nacional y bodegas donde se puede degustar vino local. Desde aquí se puede visitar el monasterio de Rozhen, en un entorno montañoso y tranquilo.
Las joyas sobre el mar Negro
Varna, el resort costero
Varna es la capital marítima de Bulgaria y uno de los destinos veraniegos más populares. Sus playas extensas, su animado paseo costero y su ambiente joven la convierten en una opción ideal para descansar junto al mar. Entre sus atractivos están la Catedral de la Asunción, el Jardín del Mar, el Museo Arqueológico (con el oro trabajado más antiguo del mundo) y el delfinario. También es posible visitar los baños romanos y explorar los alrededores, como el bosque de piedra Pobiti Kamani.
Burgas: relajación y naturaleza
Más tranquila que Varna, Burgas también ofrece playas agradables y una gran oferta cultural. Es famosa por sus lagunas salinas y su cercanía al Parque Natural de Poda, ideal para el avistamiento de aves. El centro tiene un aire moderno, con cafés, mercados y espacios verdes. Desde Burgas se puede visitar la ciudad costera de Sozopol, uno de los asentamientos más antiguos del mar Negro, con un encantador casco antiguo y playas tranquilas.
Nesebar: una joya medieval en el mar
Nesebar, conocida como “la perla del mar Negro”, está ubicada en una pequeña península y es Patrimonio de la Humanidad. Su casco antiguo conserva más de 40 iglesias medievales, algunas en ruinas y otras perfectamente conservadas. Sus callejuelas empedradas, casas de madera y tiendas de artesanía crean una atmósfera romántica y auténtica. Aunque en verano recibe muchos turistas, aún mantiene su identidad.
Bulgaria: un país por descubrir
Bulgaria es un país sorprendente, con una variedad de paisajes, culturas y experiencias que no deja indiferente al viajero. Monasterios escondidos en las montañas, ciudades costeras llenas de vida, arquitectura medieval, pistas de esquí modernas, ruinas tracias y arte callejero contemporáneo. Viajar por Bulgaria es sumergirse en una Europa auténtica y sin filtros. Un destino que merece un lugar en cualquier itinerario aventurero.