Kuala Lumpur, la vanguardista capital de Malasia

Kuala Lumpur es una exótica mezcla de antiguedad y modernidad. Tradiciones milenarias conviven con la arquitectura moderna como dos caras inseparables, como el yin y el yan de la cultura china que tanta influencia tiene en este país.

Kuala Lumpur son varias ciudades en una, es el resultado de una historia larga de concilios culturales entre indios, orang aslis (aborígenes), chinos, holandeses y británicos. Es la mezcla vívida de oriente y occidente y tiene lo mejor de cada parte, es moderna, tradicional, próspera, abierta y heterogénea. Vive atada a la memoria de la leyenda de Sandokán, tiene bajos fondos y suburbios y a la vez mansiones de alta alcurnia y hoteles cinco estrellas. Trabaja día y noche como capital de Malasia, uno de los países más desarrollados de Asia. Los templos budistas y las mezquitas se mezclan con edificios modernos, que curiosamente carecen de piso cuatro, ya que para la cultura china ese es el número de la muerte y allí no podría gestarse ningún negocio.

Un poco de historia

Al principio esta tierra estaba habitada por los orang asli, gente de piel oscura y rasgos marcados, similares a los indonesios y filipinos. Vivían de la caza y de la pesca y tenían una costumbre muy particular: reducían los cráneos de sus enemigos, los quemaban hasta hacerlos pequeños y los guardaban en bolsas vegetales que colocaban en las puertas de sus casas para ahuyentar a los espíritus. Hoy existen como comunidad en la isla de Borneo pero esta costumbre fue prohibida. Hacia 1405 llegaron los chinos y al mismo tiempo desembarcaba el Islam. Malasia pasó siempre de mano en mano, fue un lugar estratégico en la ruta de las especias y una tierra rica en minerales. Fue colonia portuguesa en 1511, holandesa desde 1641 y británica desde 1795. En 1957, obtuvo su independencia.

Crisol de religiones

A pesar de tener Malasia una religión oficial, el Islamismo (más del 50 por ciento de la población lo practica) Kuala Lumpur es un encuentro pacífico de distintas religiones. Budistas, musulmanes, cristianos y seguidores de Confucio conviven en camaradería y respeto. Eso es lo que la hace tan rica religiosa, cultural y culinariamente. Es común oir los cantos islámicos en los altavoces, las plegarias en las mezquitas, el murmullo de los templos budistas, el olor a los inciensos y los ruidos de los ventiladores.

Ramadán

El Ramadán es el evento más importante del Islamismo y la principal celebración en las calles de Kuala Lumpur. Durante treinta días los musulmanes no comen ni toman durante las horas de sol. Al terminar el ayuno diurno se realiza una fiesta que dura tres días.

Mezquita Masjid Negara

Es una de las mezquitas más grandes del continente. Tiene una extraordinaria forma de estrella de dieciocho puntas (trece por los estados que conforman Malasia y cinco por los principios del Islam) y siete hectáreas de parques y jardines. Vale la pena visitarla. Por supuesto, hay que cumplir las reglas: entrar descalzos, los hombres siempre con la cabeza y el cuerpo cubierto y las mujeres deben colocarse una capa que se entrega a la entrada.

Torres Petronás

Las Torres Petronas fueron los edificios más altos del mundo entre 1998 y 2003, superadas en ese año por el Taipei 101 en Taiwán y actualmente por el Burj Khalifa de Dubái, en los Emiratos Árabes. Las torres Petronas de perfil futurista fueron diseñadas por el arquitecto argentino César Pelli, tienen una altura de 452 metros y 88 pisos de hormigón armado, acero y vidrio y se han convertido en el símbolo de Malasia.

Torre Menara o KL

Uno de los rascacielos más famosos de la ciudad, la torre de comunicación KL (Kuala Lumpur) o  Torre Menara. Con 421 metros de altura, un restaurante giratorio, teatros, un simulador de Fórmula 1 y hasta un mini zoo. Su antena se ve desde todas partes. Podrá subir al observatorio para tener una vista 360 gardos de la ciudad y sacar las mejores fotos de las Torres Petronas.

Plaza Merdeka

La Plaza Merdeka o plaza de la Independencia es un buen punto para comenzar a pasear por la ciudad. Para saborear el estilo que los británicos dejaron en el país, el club Dataran Merdeka recrea la arquitectuta británica. Debe su nombre a que fue el sitio donde se declaró la independencia en 1957. En una de las esquinas de la plaza, el Palacio del sultán Abdul Samad, construido entre 1894 y 1897, es una mezcla de arquitectura árabe y neoclásica británica. Lo más impresionante son sus cúpulas y la torre del reloj.

Mercado de artesanías

A tres cuadras de la Plaza Merdeka, el Mercado Central es un lugar mágico, silencioso, con una música cálida que lo envuelve todo. Podrá encontrar marionetas de princesas milenarias, máscaras de las tribus “reduce cabezas”, esculturas eróticas de ébano, telas de seda, botes de mimbre, collares de coco, cerámicas con motivos de budas y dragones, sombrillas de papel con dibujos chinos, estampillas exóticas, violines y hasta un pequeño Montmartre con pintores y caricaturistas. Además de recorrer, podrá comer o tomar algo en uno de los bares o restaurantes

Chinatown

Cerca del Mercado, es fácil llegar a Chinatown, uno de los barrios más pintorescos e interesantes de la ciudad. Es el barrio que nunca duerme, tiendas, vendedores ambulantes, jaleo, aromas milenarios. Sin duda, uno de los barrios con más personalidad. Hay que recorrer sus calles para darse cuenta que es una pequeña Shangai, con sus letreros indescifrables y colores rojos y dorados. Sobre la calle céntrica, Jalan Petaling, se despliega el mercado que intensifica su actividad al caer la noche. Todo se vende, sombreros cónicos de mimbre, piedras semipreciosas, medallas antiguas, colgantes de coral, etc. Un zig zag constante de vendedores de pescados, mangos, ajíes, unguentos curalotodo, pollo tandori, vegetales salteados y mucho más. Pruebe las frutas exóticas como el bocado de Jerug o mangosteen, fruta tipo pomelo de piel más suave y un sabor mezcla de naranja y fruta tropical, espolvoreado con pimienta roja y sal. Un manjar local que no puede perderse.

Istana Negara

Es el Palacio Nacional de Malasia y antigua residencia oficial del rey de Malasia. Es un majestuoso palacio rodeado de jardines, estanques y árboles, con una deslumbrante fachada en colores dorados.

Fanáticos del golf

El golf es un legado de la corona británica que los malayos han sabido aprovechar muy bien. Los hoteles de típica arquitectura islámica rodeados de campos de golf son una constante en los alrededores de Kuala Lumpur. Los malayos, como los japoneses, son fanáticos del golf. El primer campo se instaló en 1890 y a partir de ahí, se viene desarrollando en diferentes estilos y diseños, en todo el territorio.

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