Estancia-La-Candelaria-Lobos

Estancia la Candelaria, un castillo en Buenos Aires

Estancia la Candelaria, un castillo en Buenos Aires te ayudará a conocer esta estancia con 180 años de tradición en el campo argentino. Esta hermosa estancia-castillo está ubicada a sólo 90 minutos de la ciudad de Buenos Aires, sobre la ruta 205 a la altura del km 114.5, en Lobos, Provincia de Buenos Aires.

Es un imperdible en la Ruta de las Estancias en la provincia de Buenos Aires.

La Estancia La Candelaria posee uno de los grandes castillos de nuestras pampas, propiedad de la familia Piñeiro del Mármol. El edificio es obra del arquitecto Alberto Favre y está rodeado por un hermoso parque, obra del renombrado paisajista Carlos Thays.

Era el año 1840 cuando Orestes Piñeiro y su hermano José, dueños de farmacias en Buenos Aires y en Lobos, compraron los primeros lotes e hicieron los primeros intentos de explotación pecuaria. Orestes adquirió 12 mil hectáreas de la estancia Los Pontones y la rebautizó con el nombre de su esposa, Candelaria del Mármol. Como no pudieron tener hijos, adoptaron una niña, Rebeca, que en 1890 se casó con el entrerriano Manuel Fraga Calveyra.

Manuel se encargó de la estancia. De regreso de la luna de miel en Europa, mandó proyectar el castillo a imagen y semejanza de los que había visto en el Loire. La construcción finalizó hacia 1900.

Rebeca no pudo tener hijos con Fraga y dedicó gran parte de su tiempo a la creación de la Hermandad de Beneficencia, que contaba con una colonia de vacaciones a la que asistían gran cantidad de niños de bajos recursos.

En 1937, dos años después de haber quedado viuda, mandó a construir la capilla que aún se levanta en la estancia consagrada a la memoria de sus padres. En un sector lateral, Rebeca eligió el lugar donde ambos descansarían y reservó para ella el sitio del medio, entre el nicho de su madre y el de su padre. Rebeca murió el 20 de enero de 1940 y sus restos descansan en la capilla.

En su testamento, dejó 7.000 hectáreas a su cuñado más joven, Roberto P. Fraga, quien se había hecho cargo del campo al morir su hermano Manuel. El casco y las mil hectáreas de los alrededores quedaron para la Hermandad de Beneficencia.

Luego de un período de abandono, la propiedad fue adquirida por dos amigos de Lobos y Roque Pérez, que recuperaron la propiedad y la abrieron al turismo.

La Candelaria, castillo y Polo Club

El edificio de tres plantas posee torres normandas y un pórtico gótico que contrasta con detalles del Barroco francés. En el interior, el mobiliario es lujoso y refinado. Se destacan muebles de estilo oriental, una chimenea de mármol de carrara y una araña de cristal de Murano con 600 caireles.

Se accede a las habitaciones de los pisos superiores a través de una escalera con barandas de roble iluminada por vitraux franceses.

El estancia está rodeada por unas 100 hectáreas de parque, diseñado por Carlos Thays, donde se pueden encontrar alrededor de 200 especies de árboles, entre los cuales se esconden estatuas de estilo clásico.

Puedes alojarte en el castillo o en las cabañas de estilo colonial del casco de la estancia. Si no deseas alojarte puedes conocer la estancia pasando un día entero de campo.

Día de campo en La Candelaria

La estancia ofrece pasar un día de campo de 11 a 19 hs, que incluye empanadas y bebidas al llegar, almuerzo de asado y té de la tarde con exquisiteces caseras. Puedes disfrutar de la piscina abierta, visitar la planta baja del castillo o realizar caminatas bajo las araucarias del parque.

Con un costo extra, se pueden hacer cabalgatas, paseos en sulki o bicicletas. Hay canchas de tenis, vóley, fútbol y piscina descubierta. También se organizan fogones, cine al aire libre, juegos de mesa, clases de empanadas y actividades para niños. Los fines de semana se organizan shows folklóricos.

La Candelaria ofrece un plan para cada uno. Así busques privacidad con tu pareja, relajación o disfrutar en familia. Hay de todo para que pases un día inolvidable.

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